En los juegos olímpicos de la antigüedad la participación de las mujeres era nula, sólo participaban los hombres aristócratas y libres.  Las mujeres tenían prohibido incluso asistir como espectadoras bajo pena de muerte si se atrevían.  Los atletas participaban desnudos y cuando una madre se atrevió a acompañar a su hijo disfrazada de entrenador, también a éstos se les exigió acudir desnudos.

Cuando el barón DeJuegos Olímpicos, Gimnasta, Viga, Dama Coubertin promovió los juegos olímpicos de la era moderna se opuso rotundamente a la participación femenina debido a que su constitución y fisiología no la hacían apta para la práctica deportiva y su presencia en un estadio resultaba antiestética, poco interesante e incorrecta.  Sin embargo, ya en la segunda edición de los juegos olímpicos celebrada en París en 1900 se dejó sentir, aunque en mínima proporción, la participación de las mujeres que lo hicieron en tenis, golf y croquet.  La tenista Charlotte Cooper fue la primera campeona olímpica.

Fue hasta 1928 en Amsterdam que se abrió paso a la participación femenina: 277 mujeres por 2606 hombres.

En Tokio 1964 tras la victoria de la australiana Elizabeth Cuthbert en los 400 metros se demostró que las mujeres podían ampliar el número de pruebas en las que podían competir.  En estas olimpiadas también se da la primera participación de una mujer musulmana (Irán).

En México 1968 por primera vez una mujer enciende el pebetero, se trata de la atleta mexicana Queta Basilio. En esos juegos participaron 781 mujeres. En Munich 1972 se incluyen los 1500 metros femeninos y la soviética Lyudmila Bragina es la ganadora.  La marroquí Nawal El Moutawakel se convierte en la primera mujer africana y musulmana en ganar un oro olímpico en los 400 con vallas.

En Montreal 1976 la participación femenina alcanzó el 20% y ha ido creciendo hasta alcanzar el 45% con más de 4,700 atletas en la edición de Río 2016.

Autor: Queta Simental