Hace apenas unos días se comunicó oficialmente el ganador del premio Ethel de novela, convocado por editorial Ethel, el cual se otorgó a Rubenski Pereira por decisión unánime de la editorial, por su novela Hoyos funky. El premio consiste en la publicación de la novela Hoyos funky en Editorial Ethel y su distribución en las librerías más importantes de México. ¡Muchas felicidades al ganador! Con este premio, Pereira sigue construyendo una carrera sólida que ya cuenta en su haber con muchos títulos publicados, los cuales pueden consultarse en su entrada en Wikipedia a la cual remitimos al lector que desee conocer más sobre la obra y trayectoria de este interesante escritor. Le hemos hecho un par de preguntas al autor, con motivo de esta distinción.
¿Qué significa para ti este premio?
Es una recompensa a los nueve años que me llevó escribir esta novela. Además, es un estímulo para continuar con la escritura de forma minuciosa y arrebatadora. Forjar una literatura peregrina en estilos y formas, innovando, en búsqueda siempre de una nueva manera de crear arte, de novelar. Creo que, justamente, esta constante metamorfosis de mi obra me ha llevado a la decisión de escribir desde ahora sólo novelas, continuar creando personajes e historias.
¿De qué trata tu novela premiada?
Narra la historia de Reynaldo Cuif, un joven escritor de acciones violentas y rebeldes, quien se dedica a rockear todas las noches en los hoyos funky, en los raves del underground, estudia en la FFYL de la Ciudad Universitaria, se reúne con la banda, consume LSD y viaja a otras realidades; se decanta en él la historia del rock en México; viaja por España y Canadá, envía y recibe cartas, va a las playas de Acapulco, se encuentra y desencuentra con el amor una y otra vez, siempre con la mujer fantasma a su lado, la tragedia de su suicidio le acompaña, pero encuentra la redención amorosa. La novela está dedicada a Parménides García Saldaña, quien acuñó el término “hoyos funky” al interior de la camioneta de Three Souls in My Mind, parloteando con Alex Lora. El protagonista viaja a Real de Catorce con unos amigos en busca de Mescalito, es decir, del peyote; se encuentran con la hija misteriosa de un chamán, acompañan a los huicholes al Cerro del Quemado, se infiltran en lo desconocido, viven los rituales. La novela refleja la atmósfera de varias generaciones; la lectura de esta obra es un viaje psicodélico donde nunca puede faltar una copa de vino, un cigarrillo mágico o una pistola.

