Desde algún punto en el fondo del Atlántico…

Me temo que este video será el testimonio de mi muerte. No sé cuánto tiempo tengo.

He enviado las coordenadas del GPS a mi base naval.

Hay cosas con las que los humanos no debemos meternos. Y este maldito agujero en el fondo del océano es uno de ellos.

Soy parte del cuerpo real de investigaciones submarinas en la armada española, a bordo del S-97, submarino de investigación, y hemos sido enviados a una anomalía electromagnética a doscientas millas náuticas al noroeste de la península, a dos mil quinientos metros debajo de las olas para tomar lecturas y tratar de determinar el origen de la falla.

Todos mis compañeros han muerto. Soy el último sobreviviente de la tripulación.

Todos los sistemas están comprometidos. He aprovechado la energía eléctrica que queda para transmitir mis coordenadas y este último mensaje.

Este punto es el origen de todos los demonios que habitan nuestro mundo. Es un portal, es el punto que comunica el universo conocido con el mundo de las tinieblas. Es inútil intentar luchar, nos enfrentamos a fuerzas que no comprendemos.

Los símbolos religiosos no han servido de nada. Estos demonios no tienen un punto débil, solo se alimentan de nuestro temor y nuestra sangre.

Si queremos que nuestro mundo siga existiendo debemos ignorar por siempre que existe este punto y jamás volver a acercarnos…

Eso me lo ha advertido el técnico de radio… cuando uno de los demonios utilizó su cuerpo para hablar a través de él. El nombre del demonio es Zeth, y su alimento preferido es la sangre de los niños. Él envía sus discípulos a pernoctar debajo de las camas de los infantes, esperando la noche para succionar parte de sus almas a través del aliento que desprenden durante la noche. Las armas de fuego son inútiles contra ellos.

Como Zeth existen una infinidad más de demonios… ahora mi turno ha llegado. Lo estoy viendo frente a mí… Tiene una mirada roja de fuego y en su puño comienza a arder una llama. Va a hacer que el agua a nuestro alrededor se transforme en una caldera hirviente. Es la forma que ha elegido para acabar conmigo.

Fin de la transmisión. Nadie se acerque jamás…