Ayari Velázquez (1990) es bióloga especializada en el nivel molecular. Ha trabajado como docente a nivel medio superior y superior. Es escritora. E imparte talleres en instituciones privadas y públicas.

            En el año 2015 fue becaria del Festival Interfaz de Literatura del ISSSTE, representando al estado de Querétaro, donde actualmente reside. Para ella fue una experiencia “maravillosa, sorpresiva y determinante. Tener la oportunidad de conocer a estudiosos de las letras, aprender de ellos y recibir el reconocimiento de su parte ha sido de las experiencias más satisfactorias que he tenido en el camino que llevo como escritora. Fue ahí donde descubrí cuál es mi vocación de vida.”

Al año siguiente concursa en la convocatoria editorial del Instituto Queretano para la Cultura y la Artes, obteniendo el primer lugar, a partir lo cual se publica su obra El Diablo, serie de cuentos ambientados en las comunidades rurales de México. Fue presentado en la Feria del libro del Palacio de Minería en la ciudad de México cuando Querétaro fue el estado invitado, y tal libro fue el más vendido de Conaculta en la feria, lo que enorgullece mucho a la autora. El libro ha tenido una gran aceptación y la autora recalca que es un libro para todos, con un lenguaje sencillo que “rescata las expresiones que hacen de nuestro país una nación multicultural y única.” “El Diablo es la puerta a un mundo al que siempre quise pertenecer; es una obra formada por cuentos cortos que narran la vida de personajes y situaciones que el lector podría definir como ficción. Pero la vida, eventualmente, parece ficción. Lo escribí en el 2016 mientras me recuperaba de una cirugía”, abunda la autora. La autora reconoce los vínculos de esta obra con tradición oral para retratar “las imágenes de nuestra gente, de nuestras tradiciones y comunidades. Siempre con todo el respeto y amor que me provocan.” Detrás de su libro hay influencias de Cortázar y Rulfo, en los que encuentra guía, inspiración y consuelo. Su libro se vende en Querétaro, en la Librería Pessoa y también pueden contactar a la autora por Facebook para un envío a cualquier otro estado de la República o país. Actualmente El Diablo está siendo traducido al inglés.

Ayari se ha presentado con su literatura en Puebla, Tlaxcala, Tamaulipas, Veracruz y El Paso. Lo más entrañable para ella de estos viajes ha sido platicar con la gente para así enriquecer sus letras. “Me ha pasado más de una vez que escucho la expresión: “¡Yo conozco un lugar así!”, “¡Yo soy de un lugar así! Me doy cuenta de que El Diablo cumple el objetivo de contar la historia de cualquier lugar de Latinoamérica.” Ella agradece a la gente por las muestras que le han dado en cada presentación.

En 2017 concursó el Certamen de Cuento Latinoamericano Gabriel García Márquez y quedó en la cuarta etapa. 

Su vocación literaria, nos cuenta la identificado tal vocación como una necesidad orgánica. Aunque la ciencia responde sus dudas acerca de cómo funciona ella orgánicamente, la literatura le ha dado más que eso una vocación.

            Acerca del panorama escrito por mujeres en México lo ve alentador, y a sus compañeras escritoras quisiera darles el mensaje de ser solidarias y valientes para poder alentar el camino del oficio.

            En cuanto a su proceso creativo lo considera caprichoso: ha solido escribir en restaurantes, cafeterías y autobuses. Es que viajar y leer la estimulan mucho a hacerlo.  Entre sus autores favoritos están: Elena Garro, Juan José Arreola, José Emilio Pacheco, Eduardo Lizalde, Gabriel García Márquez, Jorge Luis Borges, Efraín Huerta, Alfonsina Storni, Walt Whitman, J.R.R Tolkien, Virginia Wolf y Olga Orozco.

            Actualmente, trabaja en un blog literario personal, pero usualmente publica material inédito en Facebook. Y también escribe una novela una novela y en un libro de cuentos: “alguna vez me preguntaron que si escribiría en algún momento sobre el amor: estoy en eso.”, dice. Y finaliza: “Leamos autores mexicanos; apoyemos nuestra literatura. Agradezco el tiempo que se han tomado para conocer un poco más de mi trabajo ¡Qué las letras nos unan por siempre!”