Así, como la sobredosis siempre precisa, como la inteligente sinergia de pastillas, la invalidez total del pensamiento y vomitar tu futuro en las esquinas... Nada. Como las arterias de desesperanza henchidas y arrastrarse por callejones de hundimiento... ¡Nada! Nada como sentirse nada. ¡Nada como saberse nada!