I
En el país de los buitres
las esperanzas mueren desgarradas;
y el último y agónico suspiro
mengua en los caminos de la nada.
En el país de los buitres
tus pasos chocan con huesos y miembros
y puedes oler al aire la esencia del fin
pues ésta por los vientos cruza…
Algunos sólo sienten lástima de ti,
pero la mayoría de ellos te abusa.
II
No pude soportar la forma en la que El Buitre me miraba.
Sus ojos fríos, humanos, penetrantes como estaca,
recordaban que yo era sólo un despojo.
No pude soportar la forma
con la que apretaba el duro peñasco con sus garras.
Lo supe, sus ojos lo dijeron: me deseaba.
Lo mire tal cual, fuerte, seguro, rapaz,
y mire también al futuro y lo encontré vacío.
Entonces lo vi venir
mientras me recostaba sobre el desierto.