Si bien no es el alma el aliento,
sí es una insignia de aire que sale del cuerpo
y actúa como palabra de identidad,
como saludo.
Lo mismo te hará conquistar el amor,
seducir a alguien que con ojos cerrados se estremece,
que habrá de señalarte
como el viento a la fosa séptica,
a la cercanía de un perro muerto.
¡El mal aliento es producido por residuos emparentados
con la materia fecal y los cadáveres!