Sandra Campos nació en el estado de Chihuahua. Es la menor de 5 hermanos y perdió a su padre cuando era muy joven. Su mamá sacó adelante a su familia, mientras que ella se rodeaba de libros, guías y temas relacionados con la superación personal.

Vivió un tiempo en Estados Unidos, pero regresó a México para estudiar una licenciatura en Diseño. Su primera dificultad al terminar su carrera fue encontrarse con poco trabajo y, sobre todo, con bajos salarios, de modo que por su mente pasó la idea de regresar a Estados Unidos para hallar un trabajo mejor remunerado.

Cuando decidió regresar al país vecino del norte tuvo un acercamiento con Natura. Sandra jamás imaginó que la empresa brasileña la haría quedarse en la Ciudad de México.

“Tengo viviendo 10 años en la Ciudad de México. Mi hermana trabajaba antes para Natura, empezó desde abajo y ahí fue ascendiendo. Recuerdo que ella me invitaba a que fuera consultora, pero yo estaba en Estados Unidos y el conocimiento que tenía sobre las redes de mercado eran muy diferentes”, narra.

La venta directa para Sandra era desplazar un producto para obtener una ganancia, de ahí que entrar a un modelo de negocio de este tipo no figurara entre sus opciones. Sin embargo, en junio del 2011, descubrió que Natura era más que venta directa. En lugar de ello es una red de mercado que tiene como tesoro a un producto que genera una venta genuina, y por consiguiente un fin de lucro importante basado en la sustentabilidad.

“Tomé la decisión porque ya tenía algo de conocimiento en redes de mercadeo, pero cuando conozco el producto de Natura dije: ‘de aquí soy’. ¿Qué pasa cuando abres el producto? Destapas la caja y te sorprenden las texturas, el embalaje, los aromas. Es algo que te atrapa en ese momento. Sí te deslumbra como a un niño, atestiguas esos detalles que hacen la diferencia con el resto de las marcas de belleza”, expresó.

Ese junio del 2011, Sandra ingresó su primer pedido y empezó a invitar a más personas a que se convirtieran en consultoras de la marca. “Empecé con una persona y después se fue duplicando. Tengo el gusto de que en el camino se cruzaron personas muy especiales. Hoy tengo a 135 líderes muy diferentes, pero cada una talentosa en sí; ellas han logrado que tengamos una red en conjunto de 6 mil personas”, comentó.

Durante su trayectoria por el mundo de la venta directa, Sandra se enfrentó a dos retos: El primero fue romper con la idea de que tú vendes para satisfacer tu propio interés, pues la marca invita a escuchar más, a preguntar más, y a ofrecer una solución y beneficio a una persona que tiene una necesidad. “Cuando tú quieres ayudar a alguien sobre su necesidad logras también ayudarte a ti misma”.

El otro desafío fue estudiar los beneficios de cada producto, pues Natura tiene un portafolio de más de 600 productos.

A lo largo de 6 años como consultora, Sandra ha vivido momentos de frustración, pero también de mucho aprendizaje. A pesar de ello, nunca pensó en renunciar.

“No hay fracasos, sólo aprendizajes. Lo que haces después de una caída es levantarte y hacerlo mejor la siguiente vez. Cuando hay frustraciones o enojos o retos que sientes que no los puedes sobrepasar siempre debes decir ‘mi voluntad puede más que todo y lo voy a lograr’. Eso te levanta”, expresó.

“Aquí se mezclan varios ingredientes. El primero es tener un sueño fuerte y reconocer un talento personal en ti que pueda impactar a los demás. Cuando de tas cuenta que tienes ese liderazgo lo pones al servicio de los demás y es cuando empieza el crecimiento. Es difícil ser ejemplo, ser congruente porque es lo que las personas observan para poder seguirte. Generar esta seguridad requiere de tiempo, pero también tienes que estar al 100 en lo que quieres”, agregó.

En opinión de Sandra, otra cosa que es difícil es la tolerancia, pues siempre se conoce a gente con diferentes personalidades, pero eso lo tienes que usar a tu favor y tienes que ser camaleónico en el sentido de cómo manejarte con las personas. “Cuando entiendes eso entonces vas haciendo equipos de trabajo fuertes. Al final del día, todas las líderes tienen un equipo fuerte y con diferentes talentos detrás”.

“Hay muchos aprendizajes que deja ser parte de la familia Natura, pero hay uno que se me quedó grabado, que es el concepto de belleza. Natura sí vende belleza, pero vende una belleza mucho más humana, es decir, tú no eres lo que te pones o cómo te vistes, tú eres como miras a los ojos, cómo saludas a la otra persona. Ese concepto de belleza es lo que me jaló a decir esta es la marca correcta”.

Hoy día, las consultoras Natura son personas que empiezan ganando mil pesos y después pueden percibir hasta 10 mil pesos, conforme sean sus ganas de crecer, pues Sandra es una formadora que en la actualidad vive de este negocio.

“Con Natura he tenido varios incentivos y reconocimientos. Dentro del empleo convencional no existe a veces eso. Aquí según te desarrolles ganas. Me he ido con Natura a 6 lugares hermosos, entre ellos Hawái, Bahamas, Costa Rica. Han sido unos viajes inolvidables y ahorita ya estoy dentro de los 6 dígitos de ganancias y empecé ganando 3 mil pesos. Ha cambiado mi vida y me da orgullo que también esté pudiendo impactar a otras personas”.

 

 

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí