Más que el hambre y la fatiga,
la gripe es el castigo de Dios para los hombres.
¿Recuerdas las tardes sin fin en que en calidad de fiebre
el demonio se instala en tu frente?
Tu garganta arde en un fuego infernal.
La tos expulsa al mundo a tus pulmones inflamados.
La noche es un foso de horrible desamparo.
La gripe mata más que la guerra y la pobreza.
Y el hombre es simplemente incapaz
de luchar contra ella.