El domingo vivimos una de las mejores carreras de la temporada, protagonizada sobre todo por el espectacular duelo entre Sergio Pérez y el Magic Alonso por el último escalón del podio.

Es sumamente común en F1 la cita de Ayrton Senna sobre el segundo puesto, el del “primer perdedor”. Pero en esta carrera en casa de la leyenda brasileña, el cuarto lugar de Checho nos supo a victoria.

Ya desde el pasado Gran Premio de México tuvimos un DNF que desde mi particular punto de vista, fue ya una declaración de intenciones. Sergio quiere ganar, quiere ser campeón, y ya está tomando medidas para lograrlo.

Desde el mismo equipo de Red Bull parecieran ya haber hecho las pases con el mexicano, después de dejarlo a la deriva con un garage incompetente, de haberlo expuesto a los medios quienes le despedazaron como pudieron. Ahora, el mismo Helmut Marko ha hecho burla de los rumores inventados en los medios españoles sobre la llegada de Alonso a Red Bull, y ha defendido a Checo (si le podemos llamar así) al destacar su ritmo en clasificación y carrera, donde en la sprint de Brasil se colocó adelante con neumáticos usados, y en la Q3 de la carrera principal tuvo la mala suerte de encontrar una bandera amarilla en el sector final de la pista, tras el despiste de Piastri.

Obligado a largar desde la novena posición debido a esta mala suerte en Q3, Sergio se sobrepuso a una estrategia titubeante, que en primer instancia se preocupó por Hamilton, cuando los Mercedes no tenían ritmo, pero que sin embargo nos regaló una de las mejores peleas rueda a rueda de los últimos años.

Ahora con 32 puntos de ventaja sobre Hamilton en la lucha por el subcamepeonato, y con mucha más confianza en el auto y en sí mismo, sin duda Checo está por regalarnos unas últimas dos carreras de 2023 llenas de emoción, cerrando de forma adecuada para irnos al descanso de invierno y prepararnos para 2024 y una nueva oportunidad de alcanzar la gloria.