El hombre ingenioso que invento la trilidosa,
la cúpula y el arco ojival, inventó el glory hole.
Detrás de un agujero siempre hay otro lado.
Ese cuerpo que no es tuyo,
y cuyo rostro ignoras,
es más excitante tras la pared sanitaria.
(El otro lado: lo oculto, y aun lo valioso;
lo prohibido por el morbo ansiado.)
Fabuloso invento del ocio:
agujeros de diversos diámetros y usos,
para que des cauce
a la curiosidad que te es inherente,
te recrees y diviertas e instruyas
y hasta aquel dé sentido a su existencia.
Date la oportunidad.
Inclínate. Asómate a ver.