(El médico a un estudiante.)

—Míralos sobre esta charola fría.
Les llamamos condilomas y crecen en tus interiores,
habitando tus íntimas cavidades fértiles de jugos viscosos y/o residuos fecales.

Tienen la forma de las cabezas de las coliflores duras y sanas.
Se reproducen como los conejos, llegando a vivir una encima de la otra:
la de arriba tiene sus raíces en otra que es más grande y le es nutricia.

Cuando piensas haberlas extirpado quirúrgicamente,
estas fascinantes hortalizas de carne demuestran capacidades
iguales a las del Fénix y la Hydra: renacen de sus escombros
y sus cabezas regresan multiplicadas.

Y el extraño ente autorreplicable que los produce  –que no es vivo ni inerte–
nos hace creer que tiene la capacidad de sobrevivir al ácido y al láser.