Fuente: Puente Marín, Carlos: Las consecuencias de la Primera Guerra Mundial: el  paradigma de Checoslovaquia. Revista de Relaciones Internacionales de la UNAM. Recuperado de: http://webcache.googleusercontent.com/search?q=cache:YIuAeXeRCwIJ:www.revistas.unam.mx/index.php/rri/article/download/69375/61190+&cd=5&hl=en&ct=clnk&gl=mx

  1. Cita: “El fin de la denominada Gran Guerra, como si hasta entonces no hubiera habido otras ‘grandes guerra’ en todos los continentes, supuso una transición geopolítica y el fin de un ciclo que produjo una auténtica eclosión geopolítica mundial. Las consecuencias de la confrontación, que tuvo lugar fundamentalmente en suelo europeo, implicó a países de todos los continentes y sus efectos perdurarían durante la Guerra Fría, desde su aparición en 1947, después de la Segunda Guerra Mundial, hasta 1991 con la desaparición de la Unión Soviética.” (p. 2)

Comentario: Me parece que autor se extralimita al criticar la noción de Gran Guerra usado para hablar de la Primera Guerra Mundial, alegando que ya antes había habido grandes guerras. Sin embargo, como él mismo señala, había habido en todos los continentes, lo cual puede tenerse en tela de juicio, pues, ¿qué tan grande debe ser una guerra para ser grande?; pero no guerras que abarcaran todos los continentes al mismo tiempo. Al menos parecería que en una gran guerra estarían involucradas varias potencias o países, lo cual puede no aplicar en casos como África u Oceanía. De cualquier manera, el concepto de Gran Guerra, al estar sancionado por la comunidad de historiadores, es útil y no resiste una crítica tan superficial, sin explicación, como ésta.

  • Cita: “Las rupturas geopolíticas que ocasionó la Primera Guerra Mundial fueron varias y ninguna de ellas resultó ser irrelevante para el futuro de Europa durante el resto del siglo XX. Desde el punto de vista político, la contienda mundial provocó el fin del Imperio ruso y la desaparición del zarismo en Rusia, al igual que la disgregación de la monarquía de los Habsburgo con el Imperio austro-húngaro, el final del Reich alemán y la proclamación de la república en las tres monarquías europeas. En Rusia surgió un nuevo sistema que nació para erigirse en foco de fricción con los países occidentales y, en particular, con Estados Unidos, apareciendo por primera vez en la historia la confrontación ideológica.” (p.3)

Comentario: En este sentido, cobra justificación el uso del término Gran Guerra, ya que nunca antes en la historia había habido una guerra que cambiara significativamente la geopolítica del mundo a  lo largo de un siglo. Al afirmar que ninguna ruptura geopolítica sería irrelevante para el futuro de Europa durante el resto del siglo, se hace un contrasentido con la crítica anterior del concepto Gran Guerra. Y aquí cabría una nota para hacer hincapié acerca del alcance geopolítico de esa guerra: que no afectó solo a Europa como se dice, sino también a gran parte de Asia, considerando que Rusia era un país cuya mayoría del territorio pertenecía a Asia y sólo una parte a Europa. En este sentido, la visión académica del autor peca de occidentalista. Por otro lado, al no nombrar explícitamente a Asia, el autor no trabaja adecuadamente con el concepto de geopolítica, cuyo sentido refiere en primer lugar a la geografía. Habría que trabajar más afinadamente con los conceptos en un trabajo especializado.

  • Cita: “Es importante subrayar que, con la Primera Guerra Mundial, aparece un actor extraeuropeo que dicta el destino de aquel continente y, desde entonces, estará presente en los asuntos de Europa. Estados Unidos de América, junto con Reino Unido, conformarán un mundo bipolar hasta la Segunda Guerra Mundial. Por último, las consecuencias de la guerra tienen una dimensión territorial pues, por una parte, Hungría se independiza de Austria, de la que gozaba de gran autonomía, a costa de la pérdida de territorios en beneficio de Rumania, Ucrania y de los nuevos países de Yugoslavia y Checoslovaquia, que aparecen como Estados independientes. Austria quedó reducida a una pequeña república en el centro de Europa con cesiones territoriales a la nueva Polonia, que resurge como Ave Fénix, a Italia y a la República de Checoslovaquia, que nace como Estado independiente. Mientras Polonia recupera la salida al Mar Báltico, Austria pierde sus puertos en el Adriático. Por último, el Imperio otomano también sucumbió ante la ocupación de gran parte de sus territorios en Oriente Medio por las fuerzas de la Entente y la creación artificial de nuevos Estados, cuyas consecuencias han llegado hasta nuestros días.” (p. 4)

Comentario: Pienso que, no obstante surge una potencia americana, las culturas en conflicto no dejan de ser necesariamente europeas, toda vez que Estados Unidos posee un idioma y una tradición de pensamiento y política de origen europeo. De este modo, el conflicto queda acotado en el Occidente europeo. Por otro lado, este párrafo da cuenta de la reorganización del mapa político europeo y, en breves líneas, da una visión general muy didáctica para el interesado.

  • Cita: “El 29 de septiembre de 1918, Ludendorff pidió al canciller Maximilian von

Baden que enviara la solicitud de armisticio a los aliados de la Entente y el 26 de octubre el general Erich Ludendorff fue obligado a presentar su dimisión como responsable del Alto mando que dirigía la maquinaria de guerra alemana. Cuatro días más tarde, el 30 de octubre, el Imperio otomano se rindió a los aliados. Tras los graves disturbios sociales y políticos a los que me he referido, el 4 de noviembre Austria-Hungría solicitó el armisticio y el día 9 se proclamó la república en Alemania, dejando de existir la monarquía en todos los imperios centrales. En 1917 ya había dejado de existir el régimen zarista en Rusia y había solicitado el armisticio a los imperios centrales, Rumania hizo lo propio. El 11 de noviembre de 1918 es la fecha que permanecerá histórica con la firma del armisticio por Alemania.” (p. 14)

Comentario: Pasajes como éste, con puros datos duros sin comentario, pueden hacer recargada la lectura y un tanto monótona. Sin embargo, son ineludibles en un texto especializado en materia de geopolítica porque son estas las acciones que van pautando los cambios y reconfigurando la geopolítica. Por lo tanto, de momento se puede hacer de lado las necesidades de estilo que deben estar incluso en un texto de esta naturaleza si tiene pretensiones ensayísticas.

  • Cita: De la Conferencia de Paz de París salió el nuevo orden mundial y el tratado firmado el 10 de septiembre de 1919 forma parte de él al delimitar las nuevas fronteras de los Estados surgidos del Imperio Austro-Húngaro. Las consecuencias del Tratado de Saint-Germain sobrevolaron las cancillerías de varios Estados de Europa hasta fechas recientes. Las fronteras de los nuevos Estados no tuvieron en consideración el principio de autodeterminación y, por lo tanto, de las nacionalidades que lo integraban, condenando a nacionales alemanes a permanecer dentro de la República de Checoslovaquia, a ciudadanos húngaros dispersos en Eslovaquia, Rumania y Ucrania y nacionales de origen austriaco, que no son de etnia germánica sino celta, en territorios del norte de Italia. Con el nuevo mapa de Europa se establecía el germen de futuras confrontaciones y odios raciales.” (p. 17)

Comentario: En este párrafo queda claro que para el concepto de estado-nación no basta un territorio o siquiera una lengua común, sino que articula otros vectores como la identidad, la cultura y las etnias o razas, los cuales dinamizan el concepto, pero también lo llenan de tensiones internas capaces de devenir conflictos como en este caso se expresan: “confrontaciones y odios raciales”. Así, se recalca que el concepto de estado-nación es de difícil teorización sin un enfoque institucional que lo respalde.