Alvarado es, a todas luces, un hombre trabajador que ha luchado por su realización. Proviniendo de una familia pobre, desde niño gustó del estudio. Desde la primaria y hasta la universidad, encuadernaba sus apuntes para formar su primera biblioteca, ya que no contaba con dinero para comprar libros. Cabe destacar que fue estudiante de cuadros de honor, excelencia académica y menciones honoríficas.

Estudió contaduría y Filosofía y Letras al mismo tiempo. Dos carreras que se contraponen pero convergen en el infinito. Y publican en 2018 su primer libro, Poesía narrativa filosófica, bajo el sello Caronte, en Guadalajara. Actualmente disfruta siendo mecenas de eventos culturales, intelectuales, poéticos y filosófico y planea escribir su segundo libro. Es un gustoso empedernido de libros intensos de poesía erótica y narrativa y filosófica, lecturas que califica de “diferentes, atrevidas, únicas y valientes”.

Algo de esto encontramos en su libro, sin duda hechas con toda su sinceridad y apertura de alma. Combina su amor por las letras y sus devaneos con bellas musas, con sus emprendimientos de negocios. En el día es contador público en su propio bufete fiscal… Y por las noches bohemio en centros culturales.

Publicar su libro ha sido para él uno de sus más agrandes aciertos, ya que cambió toda su vida. Antes se sentía un típico burócrata encerrado en su oficina, quizá gris; pero, a partir de la fama creada en su círculo, se ha convertido en una celebridad en cada evento cultural que asiste. Ha asistido a gran cantidad de recitales de poesía y ha dado muchas entrevistas de radio por internet. A veces se viste de charro y canta rancheras de su ronco pecho.

Con 55 años de edad, proveniente de un pueblito en las montañas de Aguascalientes llamado San Jacinto, de padres campesinos, dice haber vivido en chozas, sin agua ni comida, andando en taparrabos y huaraches. Hubo de dejar la sierra para internarse en la ciudad en un afán por estudiar, trabajar y superarse. “Luché contra todo y contra todos, trabajé en todos los oficios, muchas veces pasé hambre, frío, muchas veces dormí en la calle, me robaron y asaltaron. Todo lo anterior me convirtió en un hombre fuerte y casi indestructible,” nos relata en perspectiva el hombre que parece tener la sangre cargada de testosterona. Gracias a su tenacidad, ha logrado participar varias años en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, la más importante en el mundo hispano, promocionado su obra, y haciendo que su fama se proyecte más allá de este país. Tan es así, que tiene su red social de Facebook casi al tope de seguidores. Nunca pensó que podría llegar a pasar.

Como ser humano, se describe como dual. En público: elegante, intelectual y sofisticado. En la intimidad: es de corazón humilde y generoso, algo tímido, y gusta de ayudar a todo mundo.

El libro del que hablamos está dividido en dos partes: “Amor” y “Superación” (una suerte de cosmología); y viene firmado con el pseudónimo de Narciso Disoluto, lo cual ya es muy sugerente. Según el propio autor, sus letras “son el resultado de noches interminables de insomnios y de sueños húmedos masturbados por el deseo perturbador de escribir”, de volverse por unos momentos un dios de tinta y papel. Se nutren de sus propios ritmos interiores y la experiencia de ir a contracorriente de una sociedad mojigata, agitada por la compulsión del consumo. Quien escribió tal libro es un hombre que ha decidido hacer frente a su propia vida y no a las normas falaces impuestas por la sociedad.

Reyna Hernández Haro hace notar en su libro su espíritu empático y su carácter problemático en una cultura acostumbrada a reprimirse; señala que levanta “el grito de lo que por convención se calla”. Una valentía de mostrarse desnudo, retando los paradigmas morales atávicos.

En la primera parte de su libro se da cuenta de un enamoramiento por el amor, como un estado de identificación con el otro y consigo mismo, en plenitud que se contagia o debiera hacerlo. Conjugación de carne y espíritu. Para él, las letras son la radiografía del alma en el que se muestran a la luz las ideas, el pensamiento y las acciones: el ser mismo. Leer y escribir son para él casi como una comunión divina. El amor también, en esta poesía escrita en prosa, es una locura que forma parte de la magia del vivir, aun cuando nos lleve a errores, de los cuales sin embargo salimos fortalecidos. El amor como evolución personal en la entrega y el preocuparse por la persona amada, pero sin dependencia; en libertad y consciencia. Apela a trasmitirle al lector esta dicha.

Amor y sexualidad son en su escritura, como lo quería Nietzsche, afirmaciones de la vida, energías que palean la muerte cotidiana. Por ello el autor nos invita a compartir los besos, las sonrisas, los coqueteos… Pintándose en sus textos como un galán caballeroso que susurra palabras delicadas al oído de la amada, pero que es una fiera en la cama. Unión de ángel y demonio. Veamos un texto de esta sección:

“El verdadero amor”

El verdadero amor no llega tocando cortésmente a tu puerta o entrando por tu ventana como una suave y fresca brisa, como todos dicen que llega… El verdadero amor llega derrumbando la seguridad de tu casa, tumbando las paredes de tus creencias erróneas… Arranca el suelo donde pisas, por eso te sientes como zombie… Sacudiéndote el alma y volviéndote más desequilibrada, de lo que puedes soportar… Cuando sientas eso, aférrate a él… Por es el verdadero amor de tu vida…

Cabe mencionar que el autor a veces se vale de algunos giros humorísticos para trasmitir un mensaje filosófico o simplemente arrancar una sonrisa a su apreciada lectora (a la que de entrada considera especial en su vida). Usa frecuentemente los puntos suspensivos para sugerir languideces… A la manera romántica… El autor nos recuerda, también, por ejemplo, que la palabra “amante” está bastante estigmatizada desde hace tiempo; ya que en verdad significa “el que ama” y no precisamente denota al que se enreda de manera sexual. Recordando la pureza de la palabra, como puro es el amor mismo, alude a reivindicarla, enviándonos a amarnos a nosotros mismos, a nuestra familia, vecinos y a la sociedad en general.

En la segunda sección del libro, entre anécdotas y chistes, convoca a una toma de conciencia acerca del crecimiento personal y la autorrealización; y da notas de conciencia y crítica social, directa, sin rodeos. Critica incluso al mismo género humano, que, en palabras del autor, se odia a sí mismo, por la crueldad que constantemente expresa. Esto lo dice convencido de que las letras pueden cambiar el rumbo de nuestra mente, como cambiaron la suya; y nos permiten liberarnos de prejuicios y ataduras. De ánimo optimista, dos de sus discursos favoritos son la felicitación y la exhortación.

Como dato curioso, da en esta sección un pequeño curso de negociación con base en la fórmula llamada “ganar-ganar”: consejos que sin duda son de utilidad práctica para quienes deseen desarrollar esta habilidad. También manifiesta un amor por México, con mucha alegría, a pesar de sus injusticias y de las condiciones con que se tropieza uno viviendo aquí la vida. Sin más, los invitamos a su lectura.

Para conocer mejor al autor, le hemos pedido que relacione un grupo de palabras:

AMOR – Propio
AMISTAD – Sinceridad
MÉXICO – Futurista
POESÍA – Filosófica
TRABAJO – Superación
ESPERANZA – Dios
VIDA – Divinidad
MUJER – Musa
PASIÓN – Superación

Por último, les copiamos las palabras con que el autor se presenta en su libro:


Para las bellas damas y distinguidos caballeros que aún no me conocen, me presento con mucho gusto… Mi nombre es Antonio Alvarado y mis letras son el paradójico resultado de noches interminables de insomnios y de sueños húmedos masturbados por el deseo perturbador de escribir… Están escritas con tinta de esperma esparcidas por hojas de papel, hasta ver la figura excitada de mi prenda amada… Son el resultado de haber acariciado todo su cuerpo a la luz de la luna, en una noche estrellada de vertiginoso vaivén de nuestros cuerpos… Que bailan al unísono hasta acabar extasiados y plasmar nuestro sentir, en simples letras, que se vuelven deliciosas al leer, como una metáfora perfecta, que traspasa nuestros sentidos y nos vuelve dioses por un momento, de tinta y papel…