Alfonso Javier Collignon Orozco tiene una carrera en la promoción cultural desde el año 2000, organizando tertulias artístico-literarias, carteleras culturales, festivales de cine, presentaciones de libros, exposiciones de arte, martillero de subastas de arte y antigüedades, etc. Además de dedicarse al periodismo cultural en prensa escrita, redes sociales y medios virtuales, uno de sus fuertes es la radio. En este campo incursionó en el año 2008, luego de que fuera invitado a un programa para hablar de su proyecto Teatro Gourmet, donde fuera motivado a hablar de los próximos eventos en la ciudad de Guadalajara y el público quedara encantado de su intervención. Así quedó formalmente a cargo de la sección “Cartelera cultural”, con la que inició su carrera de locutor y periodista cultural. Ha trabajado en la radio abierta cono son en Grupo Acir, Radio Vital, canal 58, Jalisco Radio y en la DK, y colaborado en diferentes programas de otras estaciones, como en varios de internet. Paralelamente, se preparó estudiando para tener unas sólidas bases y la capacitación necesaria. Así, en enero de 2010 nace “Charlando con la Cultura”, dedicada íntegramente a temas culturales y relacionados con éstos, convirtiéndose en uno de los pocos periodistas especializados en cultura en Jalisco. Nuestro entrevistado tiene en su haber más de mil entrevistas en la FIL, FIM pro y diferentes festivales de cine; así como múltiples reseñas de libros, puestas en escena de danza, conciertos de música, obras de teatro, exposiciones y subastas.

            Para ser un buen promotor cultural, nos propone nuestro entrevistado, es necesario profundizar en los conocimientos de lo que se promoverá y no sólo tener rudimentos básicos de comunicación social, sino estar muy bien involucrado con la tecnología y ahora con las redes sociales, así como tener un conocimiento de cómo funciona la mercadotecnia y muchas relaciones en el ámbito cultural, social como profesional, tanto con organizaciones privadas, grupos y colectivos culturales, gubernamentales como con particulares. Todo lo cual cumple a cabalidad nuestro amigo.

            Nos cuenta también, que es necesario, poner todo el corazón, pues existen las obvias dificultades en el campo cultural, empezando muchas veces con los mismos artistas, que a veces llegan a poner trabas en cuanto a las condiciones de dar a conocer su trabajo. También se debe lidiar con las políticas culturales que por tradición en nuestro país han sido siempre limitadas o limitantes y no dan a conocer el quehacer artístico como es debido. El reto principal, explica el experto, es poder unir la comunidad artístico cultural, la iniciativa privada, al gobierno, a la ciudadanía y a los medios de comunicación para una difusión orgánica y armoniosa de la vida cultural y las diversas expresiones artísticas con toda la riqueza que nos ofrece. En este sentido, las relaciones con las instituciones que ha tenido Collignon Orozco han sido buenas, ganando experiencia y conocimiento con los años, a pesar de ser crítico con ellas, debiendo soportar las consecuentes batallas de egos y logrando trabajar en conjunto para sacar los proyectos adelante y dar la difusión informativa que la sociedad requiere. En este sentido, reconoce el apoyo que constituyen plataformas virtuales como Facebook, en el cual el periodista maneja directamente ocho páginas, además de sus dos cuentas personales y tiene miles de seguidores y contactos.

            Ha sido una carrera satisfactoria para este periodista cultural que ha tenido la oportunidad de entrevistar a enormes figuras de la literatura como Elena Poniatowska, Gabriel García Márquez o Carlos Monsiváis; como a músicos y artistas en general de talla mundial como Plácido Domingo, entre una lista que sería enorme y difícil de recordar completa. En este sentido, Collignon Orozco resalta el valor humano de la entrevista oral, para poder conocer a profundidad los matices del pensamiento y el sentimiento del entrevistado.

En tanto, nos dice, un locutor, nos dice, debe tener una cultura general sólida, para poder contar con un buen bagaje lingüístico, además de leer mucho sobre los temas de su especialidad, algo de lo que carece grandemente la radio comercial e incluso la radio cultural de la Universidad de Guadalajara y del gobierno. Por ello, indica, impera “tener ganas de hacer bien las cosas, no por la fama, si no por el gusto de meterle el corazón. Hace falta más contenido”, comenta. Otra de sus satisfacciones de su carrera es el haber abierto las puertas, como director de la Muestra de Cine Independiente, a cineastas que ahora están encumbrados, cuando las instituciones gubernamentales no les hacían caso ni los apoyaban. En general, se siente dichoso de hacer lo que hace, estar en la radio y ser un crítico de la cultura en general, “sin tratar de protagonizar”.

El periodista en general, expone sabiamente, “debe aprender a leer, escribir y expresarse bien, conocer muy bien las modalidades orales o literarias de las que se vale para hacer su trabajo”. Por esto recomienda a los jóvenes que se deseen especializar en este campo que tomen los talleres y cursos que sean necesarios para complementar su formación en comunicación, y no dejen de acercarse a los maestros, para adquirir consejos y ver en la experiencia cómo funcionan las cosas en lo práctico. En este sentido, alienta a los jóvenes a seguir este camino si es su deseo, sabiendo que cada vez hay menos periodistas culturales en nuestro país, pues ahora es común que se les pida a los reporteros cubrir todo tipo de notas, impidiéndoles que se especialicen y crezcan en su área de interés. Es por ello, que Collignon Orozco ha promovido en las universidades y escuelas la facilitación de cursos y talleres para seguir capacitando y formando a las nuevas generaciones en este rubro. Y es que, desde que inició en este medio, estuvo consciente de las problemáticas de este campo de profesionalización, en los que la ciudadanía tiene parte de responsabilidad; por ello, dice, es necesario siempre fomentar la conciencia pública así como la crítica constructiva para lograr soluciones prácticas que incidan en todos los actores sociales involucrados. Al mismo tiempo, la ética, ante todo, expone, debe llevar al periodista cultural a sustentar debidamente sus críticas y sus afirmaciones con argumentos, con conocimiento de causa, y decir las cosas “con verdad y honestidad”.

            Parte de este espíritu crítico ha llevado a reconocer a Collignon Orozco que las políticas públicas en el México actual, en el estado de Jalisco y la metrópoli tapatía (Guadalajara, Zapopan, Tlaquepaque y Tonalá) han carecido de “voluntad política”. “Ha habido una deficiencia de personalidades voluntariosas al mando de la Secretaría de Cultura de Jalisco; y lo peor ha sido la gente subordinada a ellos, que no organizan armónicamente a todos los involucrados, a pesar de contar el estado de Jalisco con grandes artistas de talla internacional en todas las bellas artes. Hacen falta políticas claras, concisas y prácticas”, expone el periodista cultural.

            También escritor de poemas, cronista, autor de textos anecdóticos sobre Guadalajara y reseñista para periódicos y revistas, a Collignon Orozco, le gustaría tener su propio programa de televisión, (aunque ya bien ha trabajado en ella, como en Televisa) que lo ayude a cumplir su misión de llevar la cultura al gran público, en una metrópoli “donde la cultura es muy amplia: siempre hay mucho que hacer y qué ver; pero el problema es que no se difunde cómo se debe hacer”. Espera que este año se le dé esa oportunidad. En tanto, desde sus columnas, desde la radio y sus demás trincheras en los medios, el periodista cultural cumple día a día la misión que el destino ha puesto sobre él y que tanto le apasiona.