El deporte es vital en la vida, ayuda a que te sientas mejor, las defensas del cuerpo aumentan considerablemente y, por supuesto, te convierten en una persona más feliz y llena de energía.

Es por ello que, cuando pensamos en ejercitarnos, siempre viene a nuestra mente realizar de manera correcta y eficaz la rutina que toca en la semana, sin embargo, a veces olvidamos que la herramienta más indispensable es el cuerpo mismo.

Por esa razón, te mostraremos que el entrenamiento y la parte emocional marcan la diferencia para lograr objetivos saludables.

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  1. Hidratación

Tomar agua, alguna bebida energética o incluso un batido con leche descremada, fruta y yogurt, es una forma muy prudente de preparar a tu cuerpo. Recuerda que durante el día es necesario hidratarse en abundancia, sin llegar a exagerar, los famosos dos litros de agua simple al día generan cambios que se notan incluso en la piel. 

  1. Mentalización

Nunca te rindas. Un aspecto muy importante previo al entrenamiento es concentrarte y visualizar que vas a llevar a tu cuerpo al máximo, si lo haces de la manera correcta y con ayuda de la respiración controlada, conseguirás rendir un poco más y, porque no, hacer tres lagartijas más, cinco sentadillas extra y cargar medio kilo a lo que acostumbras hacer.

  1. Estiramiento

Una vez terminada tu rutina del día, debes estirar tu cuerpo, ligamentos y músculos para no generar contracturas por el desgaste físico. Una excelente opción es incluir en tu rutina clases de yoga independientes al trabajo muscular o de máquinas, así ayudas al cuerpo a que los músculos se estiren, y se adapten mejor  al ejercicio con tu propio peso; y de esta forma, se fortalecerán los músculos.

  1. Relajación

Tu cuerpo debe descansar, para lograr estas metas debes dormir entre 7 y 8 horas al día, esto ayudará a que el cuerpo en general se recupere. Una excelente idea es estar en el vapor después de ejercitarse por 10 minutos, esto ayuda a relajar músculos, articulaciones y ligamentos.

  1. Alimentación

No te olvides de comer. Una vez que terminas de entrenar, el organismo demanda energía, por ello comienza a buscar de donde alimentarse, es importante que le ayudes a recuperarse comiendo carbohidratos que te ayudarán con esa necesidad y las proteínas llegarán directo al músculo. Una porción de queso, un huevo, arroz, pavo o pollo serán tus mejores aliados.

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