Desde hace algún tiempo, los mostradores de Starbucks albergan más que tarjetas Rewards, galletas de chispas de chocolate y bolsitas con fruta seca. Si te fijas bien encontrarás unas barras llamadas Be Kind. Estas barras no se parecen a las que están en los pasillos de las tiendas. Sí, esas que prometen ser naturales, acabar con tu hambre y por supuesto no engordarte.
La realidad es que hoy día, muchas marcas han abusado del término “natural”, y como la sustentabilidad está en tendencia, al igual que el famoso veganismo, nos venden la idea de que 90 calorías no es tanto, y de que eso que parece mermelada, sí tiene fruta de verdad.
Lo bueno es que, volviendo a los mostradores de Starbucks, al ver las barras Be Kind lo primero que identificarás es cacahuate, almendra, arándanos, y unos empaques curiosos que anuncian mango, tamarindo, manzana y chía.
Las barras de Be Kind están hechas con ingredientes mexicanos. Su costo ronda los 18 pesos, dependiendo el sabor. Sin embargo, estoy segura que por unas papas y un refresco pagarías más, y te nutrirías menos.
Cabe decir que, en México, no está peleado el precio con la nutrición. Un mito es que acudir con el nutriólogo es caro, y que lo sano sabe feo. Es por ello que las barras en los años 80 iniciaron con la idea de suplir un alimento completo y terminó deformándose en una barra de 90 calorías con aditivos y colorantes que causan obesidad y otros malestares y enfermedades.
Para suerte nuestra, hay marcas que están regresando a las bases, a lo que sí es natural. En la actualidad, el 90% de consumo de barras Be Kind se da en el desayuno y el 10% en lo que resta del día. No obstante, si acudes con un nutriólogo, te darás cuenta que una barra de este estilo queda perfecta para una colación.
Y si tu preocupación es que 18 pesos es mucho más de lo que vale una barra de otra marca, toma en cuenta que la alimentación sana tiende a ser más elevada, pero vale mucho la pena.
Con información de Maribel Yáñez, nutrióloga y vocera de Be Kind.