El pasado 22 de enero del 2021, la youtuber e influencer Nath Campos realizó un video denuncia en contra del también youtuber Ricardo “N”, mejor conocido como Rix; a lo largo del video, Nath detalla el abuso sexual del cual fue víctima por parte de Rix, mientras ella se encontraba alcoholizada y con el evidente impedimento de los sentidos. El video logró viralizarse rápidamente, al día de hoy cuenta con más de 13 millones de reproducciones, no obstante, la denuncia de Nath Campos contribuyó con algo mucho más grande: colocar en el ojo público la vulnerabilidad de la seguridad de las mujeres cuando se encuentran bajo los efectos del alcohol.
Entre la serie de observaciones que hace Nath Campos durante su video, enfatiza que para la sociedad ese tipo de abusos sexuales es algo que se ha vuelto “normal”. Desafortunadamente, es una verdad irrefutable, para prueba basta con voltear a ver el contenido cinematográfico de una chick-flick mexicana en particular, con una clara tendencia pro vida: ¿Qué culpa tiene el niño?
En síntesis, la película narra la historia de Maru (Karla Souza) quien asiste a una boda en Acapulco, en dicha fiesta conoce a Renato, un chico más joven (Ricardo Abarca) y de un estrato socioeconómico más bajo. Ella, junto a un grupo de amigos beben alcohol hasta perder los sentidos, a la mañana siguiente despierta desnuda y sin recordar nada de lo que pasó. Semanas después descubre que está embarazada; al no lograr recordar con quién pasó la noche, recurre a sus amigas para dar con el responsable. Conjeturando, coinciden que se trata de Renato, aquél joven pobre y menor que ella.
Hasta ahí la película intenta abordar entre una mezcla “cómico-romántica” el abuso sexual de una mujer alcoholizada, pero los señalamientos no paran ahí, a lo largo de los 105 minutos que dura ¿Qué culpa tiene el niño? se normalizan otro tipo de atropellos, como la denigración a otros por ser pobres, por vivir en un edificio multifamiliar (donde la protagonista se refiere despectivamente como “Villa Miseria”), aunado a las humillaciones que padece Renato por no tener las mismas oportunidades educativas y sociales son una constante en dicho filme.
El autoritarismo político también se hace presente en la historia, a cargo del diputado Zamacona (Jesús Ochoa), como el padre de la protagonista, se trata de un personaje despótico, clasista y machista, plenamente consciente de su poder como figura de autoridad en diferentes ámbitos, lo usa para chantajear a su esposa e hija, también para humillar a otros a quienes, irónicamente, debería servirles como parte de su quehacer político.
SPOILER ALERT
El desenlace de la historia tiene otro matiz igual de criticable, después de que Renato soporta las humillaciones de Maru y de la familia de esta, con tal de darle a su hijo la figura paterna que él no tuvo, descubre al nacer el bebé que no es su hijo, pues las fisionomía del pequeño corresponde a alguien de rasgos asiáticos. En la retrospectiva que nos muestra la película, se observa como otro hombre de facciones asiáticas sale de la habitación donde Maru yacía alcoholizada, lo que da a entender que ese sujeto, aprovechándose de la vulnerabilidad de una mujer que está bajo los influjos del alcohol, mantuvo relaciones sexuales con ella, sin ningún tipo de protección, para después de lograr su cometido, salir y continuar con su vida como si no pasara nada, sin ningún tipo de consecuencia.
Bajo ese toque de humor y cursilería que imperan en el filme sucede algo mucho más grave, se nulifican los sentimientos de una víctima de abuso sexual, el daño sicológico y de culpa con el que lidian incluso por años, los señalamientos sociales hacía la mujer por haberse emborrachado y “no cuidarse” de que alguien la violara, todos estos factores son la esencia de la terrible realidad de muchas mujeres, los cuales se minimizan a largo de una película que costó $33 millones de pesos. Me pregunto ¿a cuántas víctimas de abuso sexual se pudieron haber ayudado con ese capital que fue utilizado para romantizar uno de los peores problemas de genero que vivimos actualmente?