Mujergonismo, ¿y eso con qué se come?

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Bendita sea la lengua que es tan rica y diversa. Estudios revelan que sólo el español tiene casi 300 mil palabras, pero sin contar variaciones, tecnicismos o regionalismos. El dato curioso es que una persona sólo utiliza alrededor de 300, esto es, cerca de un 0.10%.

Otro dato es que el diccionario de la Real Academia Española definió 88 mil 500 palabras, y catalogó 270 millones de registros léxicos. Sin embargo, hay otros tantos términos que no son tan conocidos, ya sea porque son poco mencionados por la gente o porque son recientes invenciones.

Uno de ellos es mujergonismo. Esta palabra fue propuesta por la marca de lencería Vicky Form. Ésta la define como una manifestación evidente de que una mujer se ha vuelto protagonista de su vida, tomando el control total de su sexualidad, no sólo por ser sexy, sino por el hecho de plantear al mundo una postura.

Vicky Form reconoce que las mujeres evolucionan y se definen de manera distinta, por eso promueve el mujergonismo que, si bien es un término raro, es una interesante propuesta lingüística y, sobre todo, de significado.

¿Dónde juega Vicky Form en este nuevo contexto? La marca ya no es lencería per se, es una armadura de confianza, seguridad, belleza y sensualidad, en la cual las mujeres se envuelven para destapar ese verdadero poder femenino que las pone al mando.

Entonces el mujergonismo implica a una mujer que es consciente de lo que le gusta y lo que no, que va a enseñar a que la traten como ella quiera; y que es capaz y segura de sí misma, de ahí el nombre de la campaña de Vicky Form: Tengo mucho que enseñarte.