La tercera parte del poemario Nostalgia de la muerte (1938) de Xavier Villaurrutia tiene el nombre de “Nostalgias” y tiene una composición diversa.

“Nostalgia de la nieve” es un poema en el que la nieve lo cubre todo y lo sepulta. Una nieve de sombra, cargada de belleza fúnebre. “Cementerio en la nieve” es más paisajístico que el anterior. La imagen en este poema es tremendamente plástica: nos sentimos allí, en ese páramo desierto cubierto de lozas frías en el que el frío y el silencio reinan. Y aquí es evidente la adscripción del poeta hacia el sentimiento romántico.

“North Carolina Blues” es un conjunto de siete epigramas en los que el tema de la noche queda trasladado a segundo plano y se poetiza sobre la estancia del poeta en el estado norteamericano. Parece ser un descanso en la lectura del libro para prepararnos para el final en el que aparecen tres de los textos más densos de la obra.

“Muerte en el frío” es un verdadero golpe emocional, desquiciado, que propone al lector la experiencia literaria de una muerte por frío. El poeta inventa su propio fallecimiento y lo va desarrollando hasta dejar en el lector un sentimiento de total abandono y desamparo ante la frialdad de la muerte, pues esta termina en la mera petrificación.

“Paradoja del miedo” nos hace entrar en la cuenta de que, a estas alturas, es imposible sentir miedo de la oscura palabra del poeta. ¿Cómo sentir miedo, si el hombre ya está de antemano muerto de miedo? El miedo es una experiencia que va ligada a toda nuestra existencia: es el sentimiento capital de la vida. ¿Cómo tener miedo de la muerte, siendo es la revelación más trascendental que puede experimentar un ser humano? El hombre ya está muerto de miedo. Lo único que le resta es enfrentar en vida su muerte dignamente. El poema está construido sobre un tono argumental; pero caemos en la cuenta de que este razonamiento, es esencialmente una elaboración retórica: un bello sofisma.

“Volver” es una canción que plantea otra vez el apego del poeta la noche “La noche es mi madre y hermana.”

Finalmente, “Décima muerte” es un poema de composición clásica: diez décimas formando una composición redonda. Aquí, el poeta hace gala de su pericia en el arte del verso para producir una pieza barroca, rebuscada: un juego de conceptos en los que amor y dolor, muerte y vida, presencia y ausencia, forman intrincadas relaciones.

Concluimos que Nostalgia de la muerte es un libro heterogéneo, pero al mismo tiempo orgánico, pues está estructurado sobre una temática fundamental que conduce el libro: la muerte. Chumacero recordaba que Villaurrutia “prefería hacer descansar en su mundo privado el drama de saberse perecedero.” En suma, el libro es una exploración psicológica, sensual y emotiva de la experiencia de la muerte, algo que quizá todos hemos compartido en la intimidad del pensamiento y que por ello adquiere universalidad. Y que Villaurrutia supo con maestría tratar.

“Nostalgia de la nieve” es un poema en el que la nieve lo cubre todo y lo sepulta. Una nieve de sombra, cargada de belleza fúnebre. “Cementerio en la nieve” es más paisajístico que el anterior. La imagen en este poema es tremendamente plástica: nos sentimos allí, en ese páramo desierto cubierto de lozas frías en el que el frío y el silencio reinan. Y aquí es evidente la adscripción del poeta hacia el sentimiento romántico.

“North Carolina Blues” es un conjunto de siete epigramas en los que el tema de la noche queda trasladado a segundo plano y se poetiza sobre la estancia del poeta en el estado norteamericano. Parece ser un descanso en la lectura del libro para prepararnos para el final en el que aparecen tres de los textos más densos de la obra.

“Muerte en el frío” es un verdadero golpe emocional, desquiciado, que propone al lector la experiencia literaria de una muerte por frío. El poeta inventa su propio fallecimiento y lo va desarrollando hasta dejar en el lector un sentimiento de total abandono y desamparo ante la frialdad de la muerte, pues esta termina en la mera petrificación.

“Paradoja del miedo” nos hace entrar en la cuenta de que, a estas alturas, es imposible sentir miedo de la oscura palabra del poeta. ¿Cómo sentir miedo, si el hombre ya está de antemano muerto de miedo? El miedo es una experiencia que va ligada a toda nuestra existencia: es el sentimiento capital de la vida. ¿Cómo tener miedo de la muerte, siendo es la revelación más trascendental que puede experimentar un ser humano? El hombre ya está muerto de miedo. Lo único que le resta es enfrentar en vida su muerte dignamente. El poema está construido sobre un tono argumental; pero caemos en la cuenta de que este razonamiento, es esencialmente una elaboración retórica: un bello sofisma.

“Volver” es una canción que plantea otra vez el apego del poeta la noche “La noche es mi madre y hermana.”

Finalmente, “Décima muerte” es un poema de composición clásica: diez décimas formando una composición redonda. Aquí, el poeta hace gala de su pericia en el arte del verso para producir una pieza barroca, rebuscada: un juego de conceptos en los que amor y dolor, muerte y vida, presencia y ausencia, forman intrincadas relaciones.

Concluimos que Nostalgia de la muerte es un libro heterogéneo, pero al mismo tiempo orgánico, pues está estructurado sobre una temática fundamental que conduce el libro: la muerte. Chumacero recordaba que Villaurrutia “prefería hacer descansar en su mundo privado el drama de saberse perecedero.” En suma, el libro es una exploración psicológica, sensual y emotiva de la experiencia de la muerte, algo que quizá todos hemos compartido en la intimidad del pensamiento y que por ello adquiere universalidad. Y que Villaurrutia supo con maestría tratar.