En las últimas décadas el papel de los defensores de los derechos humanos en América Latina se ha visto permeado por oleadas de represión y violencia a manos de un sistema corrupto cooptado por grupos de poder. Lamentablemente América Latina es un foco rojo, donde la injusticia, la discriminación y la violencia son factores cotidianos para la población en general, arrojando cifras alarmantes de asesinatos en contra de activistas, según datos de “la organización Global Witness indica que al menos 185 personas defensoras de derechos humanos fueron asesinadas en el año 2015 en el mundo, y de estas 122 fueron asesinadas en Latinoamérica”.

La violencia desmedida en contra de las activistas ha sido un impulso para que el movimiento Oxfam se pronuncie de manera directa para proteger a las personas que luchan por salvaguardar los derechos humanos en América Latina.

“Según Front Line Defenders el 41% de los asesinatos de personas defensoras en América Latina estuvieron relacionados con la defensa del medioambiente, la tierra, el territorio y los pueblos indígenas y el 15% con la defensa de los derechos de colectivos LGBTTTI”

 

Las mujeres activistas, una perspectiva de género

 

El papel de las mujeres defensoras de los derechos humanos suele ser más vulnerable, ya que se encuentran bombardeadas por la represión y la violencia, aunado a la cultura patriarcal que afecta en gran medida su lucha. No obstante, las mujeres activistas son actualmente una fuerte presencia, que alza la voz y lucha con todas sus posibilidades a favor de un sistema más justo, equitativo y libre de violencia.

Iniciativa Mesoamérica de Mujeres Defensoras de DDHH dio a conocer un informe con lamentables cifras de muertes de mujeres activistas entre los años 2012 y 2014.

“Según el mismo informe, el tipo más frecuente de agresiones contra las mujeres defensoras son: la intimidación y hostigamiento psicológico (21%), amenazas y ultimátum (16%), calumnias y campañas de desprestigio (9%), uso excesivo de fuerza (6%), la criminalización y detención ilegal (8%). Las defensoras más agredidas fueron quienes defienden la tierra y territorio y le siguen quienes acompañan a víctimas de la violencia de género”.

Esfuerzo y valor es lo que define la plausible labor de las mujeres activistas, quienes se han posicionado como lideresas a la hora de luchar incansablemente, y pese a todos los riegos que amenacen su integridad o su propia vida, en pro de los derechos, con la firmeza ganar esa ardua batalla y vivir en una sociedad libre de injusticias, corrupción, impunidad, pobreza y discriminación.

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