Con tan sólo 18 años, el oaxaqueño Jhonatan Enrique Prewitt Corzo se coló en los reflectores del mundo, tras ganar su primer título mundial de surf en Biarritz, Francia. Hoy, Jhony tiene 19 años, y sus ojos están puestos en Tokio 2020, pues espera representar a México en este deporte acuático que ya es olímpico.
Fue Jim Prewitt, su padre, quien le inculcó el amor por el surfing. Cuando Jhony tenía 5 años, se subió por primera vez a una tabla de surfear, sin imaginar que ésta sería su mejor compañera por muchos años.
“Empecé porque toda mi familia es surfista. El surfing es un deporte que me apasiona mucho. Las sensaciones del mar son únicas, se siente una vibra muy positiva y además te permite vivir grandes momentos con tus amigos”, expresó.
Jhony Corzo es un ejemplo de sencillez, a pesar de bailar sobre las olas, es un atleta que no pierde el piso. Consciente y orgulloso de sus raíces, el joven agradece a la vida tener una familia grande de surfers y haber crecido en Puerto Escondido, ya que tuvo el escenario perfecto para practicar.
En la actualidad, Jhony practica de dos a tres horas en la mañana, y otras dos horas en la tarde, “entre más tiempo mejor”, dice.
Al preguntarle cuánto se necesita para ser un surfista profesional, Jhony mencionó que alrededor de un millón de pesos al año, ya que no sólo son los accesorios sino el dinero para ir a cada competencia, sobre todo aquellas donde los surfistas son rankeados y que son parte de la World Surf League (WSL).
Para Jhony, el estilo de vida de un surfista es único: viajas mucho, se practica en varias playas, y conoces a otros surfistas con otra cultura, pero eso sí, el regué y el rap unen a la comunidad.
Hoy, la tabla que usa el joven atleta vale unos 500 dólares, pero no te espantes, en el mercado hay tablas con un precio bastante accesible y con las que puedes aprender a surfear. Incluso hay tablas rellenas de foami que no valen más de 2 mil pesos, mientras que una clase ronda los 400 pesos y dura una hora.
“En este deporte tienes que empezar desde abajo. Sí se ocupa bastante dinero para poder viajar y comprar los accesorios, pero si te apasiona y es lo que quieres hacer, todo se te dará. Yo recomendaría que lo practiquen porque es un deporte increíble”, expresó.
A Jhony lo patrocinan marcas como Vissla, Monster Energy, Vans o Powerade. Sin embargo, en su momento su pilar más fuerte fue su familia. En la actualidad, cursa el último año de la prepa abierta.
Y si no fuera surfista…
Jhony Corzo reveló a Insolente Revista que le gusta mucho la Aviación, así que, de no ser un surfista, se estaría preparando para volar por los cielos. No obstante, también dejó claro que su pasión es el surfing, así que antes de pensar en dedicarse a otra cosa, se concentrará en clasificar para llegar a las Olimpiadas, o bien, para continuar con su trayectoria en este deporte acuático.
“Agradezco mucho a mi familia, a Dios y a toda la gente que siempre me está apoyando en esta aventura”.
De acuerdo con la WSL, hay cerca de 5,000 atletas que practican el surfing en el país. Y aunque no es un deporte tan popular como el fútbol, sí ha crecido en los últimos años, y se espera que siga así. Por ahora, el logro en el mundo del surf es que ya se considere un deporte olímpico, y quién sabe, Jhony Corzo puede ser el próximo atleta que ponga en alto el nombre de México.