Alejandro Brauer se tituló de estudios de Psicología en la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM) y de la especialidad en Neuropsicología en la Universidad Laval en Québec, Canadá. Posteriormente realiza un Posgrado en Filosofía Contemporánea en la facultad de Humanidades en el Instituto de Filología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Su trabajo se ha regido desde hace 18 años por tres ejes principales: El principal de estos ejes ha sido la defensa y protección de la inclusión social y la reducción de la discriminación, mediante acciones de incidencia política y la protección a los Derechos Humanos. En este eje cabe resaltar las siguientes actividades: Participación y gestión de espacios de diálogo entre organizaciones de la sociedad civil e instancias gubernamentales para la inclusión social de grupos en situación de vulnerabilidad; representante de diversas organizaciones ante el Alto Comisionado de los Derechos Humanos de la ONU en Ginebra, Suiza; consultor para la inclusión laboral de grupos en situación de vulnerabilidad o Fundador de la organización Stimulo A.C.; consultor en fortalecimiento institucional de organizaciones de la sociedad civil; consultor en materia de responsabilidad social, y temas afines; consultor del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) durante la implementación de la Estrategia de Inclusión Social Institucional en PEMEX. Asimismo, ha colaborado en diversas instancias e instituciones, por el reconocimiento de los derechos de varios grupos en situación de vulnerabilidad: mujeres, niños, niñas y adolescentes, indígenas, personas con VIH y el colectivo LGBT+.

El segundo ha sido el de la docencia, la educación formal y la investigación tanto en psicología como en filosofía así como en el campo del sector filantrópico y los derechos humanos, y en el cual las actividades de mayor importancia son o fueron las siguientes: autor del modelo de inclusión laboral de la organización Stimulo A.C.; analista de la obra del filósofo franco-lituano Emmanuel Levinas y la Ética del Siglo XX; autor del Manual de Buenas Prácticas de Inserción Comunitaria e incidencia política; autor del manual de Evaluación académica de personas con discapacidad para el ingreso al bachillerato; coautor del Modelo de Evaluación de Fortalecimiento Institucional de Filantrofilia A.C.  Actualmente trabaja en la investigación y desarrollo de un Modelo Psicoterapéutico con Enfoque de Género y Diversidad Sexual.

El tercer eje ha impulsado temas de comunicación, y en este ha demostrado interés y habilidades de desarrollo como creativo en el campo de la literatura acumulando los siguientes logros. De manera específica, vale la pena mencionar algunas accionas concretas relacionadas con estas experiencias: fortalecimiento diversas organizaciones a partir de la comunicación de sus acciones, logros e ideologías mediante campañas de procuración de fondos, campañas de comunicación y manejo de redes; autor de la novela El Amor no basta, publicada en junio del 2018; escritor fantasma de diversas personalidades del medio político y artístico; redactor del documento titulado “Estrategia Institucional de Inclusion social” de PEMEX y co-conductor del Programa de TV ‘Suena Familiar’ producido por Nicolás Alvarado.

1.- ¿Qué funciones realiza un consultor en materia de la defensa y protección de la inclusión social y la reducción de la discriminación?

La primera y más importante es la imaginación y la creatividad… La consultoría no es el activismo. La mayoría de las acciones que pretenden reducir y eliminar la discriminación se encuentran a nivel del activismo el cual irrumpe, denuncia, hace visible lo que hasta el momento permanecía oculto en las repeticiones automáticas de la cultura. Por supuesto que el surgimiento de la ley que vigila y sanciona los actos de discriminación, así como programas, cada día más robustos, en los tres niveles de gobierno están haciendo lo que se puede. Nosotros ofrecemos una serie de servicios que diseñan las metodologías mediante las cuales se persigue contar con una serie de herramientas institucionales que permitan albergar los principios y lineamientos a los que nos obligan la ley, las normas, los acuerdos que se dirigen justamente a la construcción de espacios libres de violencia y discriminación.

Pero, previo a esto, se requiere preparar el terreno, identificar o crear las políticas sobre las cuales se establecerán dichas herramientas, documentar las acciones que ya existan, —si es que existen—, revisar su eficacia y su eficiencia, evaluar su pertinencia y viabilidad y explorar la estructura del centro de trabajo, para poder ubicar cualquier expresión sexista, discriminante y que impida la inclusión de uno o más de los grupos típicamente discriminados en el mercado de trabajo. Es necesario, diseñar y ordenar las adecuaciones necesarias para posibilitar los apoyos técnicos, visuales, arquitectónicos, orientativos. Así como procesos de sensibilización para el público interno, campañas que abarquen todos los grupos de interés del centro de trabajo, o incluso establecer metodologías que permitan detectar y sancionar todo tipo de comportamiento que implique violencia o genere desventajas que son formas de discriminación y que en general reduzca el acceso a las oportunidades de manera equitativa.

2.- ¿Cómo fue tu experiencia como consultor del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) durante la implementación de la Estrategia de Inclusión Social Institucional en Pemex?

Emocionante, extenuante, valiosa. Aprendí muchísimo. Enfrentar estructuras tan consolidadas y poderosas como el Contrato Colectivo, el sindicato de Pemex, su carácter sui-generis dentro del ámbito de la Administración Pública a nivel federal… ¡Imagina la dimensión, la talla de los desafíos! Sin mencionar las dificultades políticas. Conocí gente muy valiosa dentro de Pemex: admirables funcionarios que diariamente contribuyen a que la maquinaria de lo que fue Pemex. Y de lo que es hoy, que sigue siendo. ’Ese bastión de la solidez del estado (independientemente de lo controversial que también ha llegado a ser). Nosotros estábamos ahí para que los mandatos y lineamientos institucionales con los que fue fundada la empresa paraestatal no impidieran el establecimiento de una nueva cultura laboral inclusiva. Y se lograron reformas importantes. La metodología y las acciones derivadas de nuestra consultoría estaba dirigida a eso y mediante la adopción de nuevas y mejores prácticas, lograr que el centro administrativo de PEMEX obtuviera los distintivos pertinentes en materia de inclusión, reducción de la discriminación, balance entre trabajo y familia; y con esto poder acceder a otros reconocimientos internacionales que favorecieran o atrajeran las inversiones privadas en ese momento de cambio tan delicado. Es decir, nuestro trabajo. y por supuesto el respaldo del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) iban más allá de una colección de sugerencias basadas en la responsabilidad social. Significaron en su momento verdaderos ejes de transformación. Fui parte de un equipo dirigido por Celia Barreto y no pude tener mejor maestra que comprende a profundidad la forma en la que la administración pública funciona y disfunciona, y conoce y maneja las necesidades reales y actuales de todos los grupos que suelen ser discriminados. Siempre actualizada, siempre puntual, rigurosa, exigente, valiente y clara. Lo cual hacía que trabajar con ella fuera un privilegio y al mismo tiempo una constante curva ascendente que exigía la misma excelencia que ella (y sólo ella) es capaz de verter sobre todo proyecto que asuma. Celia también creó una consultora y hemos intentado colaborar en un par de ocasiones, pero los proyectos no se han concretado. Pero confío que llegará el cliente que tenga la suerte y la inteligencia de solicitar un proyecto que nos reunirá nuevamente.

3.- ¿Cómo nace tu vocación filantrópica?

Creo que no nace. Era el camino natural para trabajar con las poblaciones y los temas que he trabajado. Personas con discapacidad, personas que viven con VIH, indígenas, mujeres, el colectivo LGBT+. Son grupos que han sido principalmente acogidos por el sector filantrópico.

4.- ¿Cómo han servido tus estudios de Psicología, Neuropsicología en los diversos quehaceres que realizas fuera de estas disciplinas?

La discriminación, el machismo, las múltiples formas de violencia, la construcción y repetición de estructuras culturales son parte de la colección de comportamientos del ser humano que la psicología ha estudiado, que la neuropsicología ha explicado y que la filosofía contemporánea ha cuestionado. Nada de lo que hago está fuera del ámbito de los ejes formativos mediante los cuales me fui preparando.

5.- ¿En qué instituciones ha sido docente o investigador?

He hecho investigación para diversas organizaciones, pero siempre como experto independiente contratado para llevar a cabo investigaciones o para diseñar metodologías de investigación o intervención. Para algunas personas e instituciones esto no es ser investigador. En cuanto a la docencia, puedo decir algo similar. He dado cursos, talleres y conferencias en México y en el extranjero, no siempre dentro de una nómina universitaria o como profesor de tiempo completo. Le he huido siempre a la arrogancia de la academia y, aunque he sido titular de materias en algunas universidades, nunca me he comprometido enteramente con ninguna de ellas. Lo cual implica relaciones que de pronto pueden ser difíciles de gestionar y, definitivamente, no me reconocen como lo que en esos claustros del saber entienden por docente e investigador. Y tienen razón: no lo soy. Pero tampoco podría decir que en mi trayectoria no haya generado conocimiento o que no lo haya transmitido.

6.- ¿Cuáles consideras que son los retos de la educación contemporánea en México?

Uno de ellos es sin duda la incorporación de la noción de la diversidad tanto en la escuela pública como privada.  Educar de distintas maneras a niños diferentes entre sí, que tienen distintas formas de aprender y que tendrán futuros e intereses heterogéneos es probablemente el reto más grande. Pero también el más importante. Porque resolver una educación inclusiva garantiza la aproximación y el acceso de millones de personas en el mundo que no cuentan con educación formal. Cuando sabemos que es la forma en la que se puede combatir la pobreza y con esto decimos mucho. La educación es un derecho, pero la escuela —o debiera de decir, las escuelas— son la oportunidad mediante la cual se puede gozar de ese derecho. Es decir, la responsabilidad de las escuelas es inmensa frente al desarrollo social. ¡Inmensa! Y a partir de la educación inclusiva que no solo se refiere a la integración de niños con discapacidad en el aula… también a la respetuosa sensibilidad que se requiere para preservar las múltiples lenguas que en nuestro país el proyecto de una educación pública uniforme y homologan ha contribuido triste y dramáticamente a desaparecer.

7.- ¿Cuál consideras que es la agenda pendiente de López Obrador en materia de Derechos Humanos?

Pues mira… Mi presidente no es perfecto, pero se acerca a lo que simplemente soñé. Y si bien voté por la alternancia y celebro la victoria de la (en todo caso) representación más cercana a la izquierda de la izquierda, critico mucho diversas acciones, gestos y posturas del Ejecutivo. Pero es justo decir que él como persona ha respondido como responden la mayoría de los hombres de su generación de izquierda y de derecha a temas sensibles y urgentes como la agenda feminista y el alarmante y peligroso índice de feminicidios en el país. Pero el país no es él. El país no es Andrés Manuel ni Morena. En el país hay muchas personas e instituciones que no están haciendo bien su trabajo, en esta y otras administraciones pasadas. Así como hay gente muy valiosa que lucha día con día por establecer los cambios necesarios, a los que aspiramos, los que anhelamos, los que visionamos como características de un mundo moderno, un mundo bueno para todos. Y la agenda pendiente en materia de DDHH, de esta administración tiene sus asignaturas, por supuesto. Grandes vacíos, sin duda. Pero algunos de ellos se encuentran en el legislativo y no en la presidencia. Otros graves, ¡muy graves!, surgen en la aplicación de la ley, por lo que le corresponden al poder judicial. Así que debemos de contextualizar cada uno los eventos o temas que queremos abordar. Ubicar dónde está el problema y luchar con toda el alma para lograr los cambios.

8.- ¿Puedes hablarnos de tu proyecto de investigación y desarrollo de un Modelo Psicoterapéutico con Enfoque de Género y Diversidad Sexual?

Pues creo que es una consecuencia lógica del trabajo que hice previamente. De la misma manera que las consultorías coadyuvan a la creación de organizaciones más sanas y felices, el Modelo que he desarrollado hace exactamente lo mismo. Aporta una luz para lograr que las personas encuentren los caminos que los liberen de las repeticiones que perpetúan las conductas culturales provenientes del machismo, la misoginia y la heteropatriarcalidad hegemónica.  Y, por lo tanto, brindar oportunidades para sanar y ser más felices. Nadie quiere ser más y más fuerte. Todos queremos ser más felices. Y para eso es fundamental ser libre y sentirse a salvo. Las mujeres y el colectivo LGBT+ no gozan ni de la libertad, ni de la seguridad que requiere todo individuo para un desarrollo óptimo y que alcance todo su potencial.

Tanto las mujeres, como las personas que pertenecemos al colectivo LGBT+ enfrentamos con frecuencia y de manera constante retos y desafíos que reducen nuestras libertades y atentan contra nuestra seguridad (física, psicológica, patrimonial, identitaria, etc…). Y estos grupos presentan índices elevados de padecimientos y trastornos psicológicos que son ya un verdadero problema de salud (mental) pública, aunque permanezca no reconocido como tal.

Adicionalmente los servicios de salud mental tradicionales presentan una tendencia sostenida que patologiza varios de los comportamientos de las personas LGBT+. Y es tan grave no atender un trastorno como inventar uno donde no lo hay.  Y si además le sumamos las microagresiones, las discriminaciones silentes, el escarnio de los cuales son víctimas las mujeres y las personas del colectivo LGBT+ en el ámbito de los servicios e instituciones de salud en general, tenemos que reconocer que estamos frente a uno de los grandes problemas sociales de nuestros tiempos y que no se ha abordado como merece. Por su urgencia, por su crueldad, porque significa y representa una más de las formas de la injusticia.

9.- ¿De qué trata tu novela El amor no basta?

Es un drama de desamor gay. Un dramón. Absurdo, irremediable, inevitable, estrepitoso y cursi. Todos los elementos que la hacen realista, común e irresistible (aparentemente). Pero en México no había muchos escritores, ni relatos que retrataran aspectos de la vida gay contemporánea. Cada vez hay más y celebro junto con ellos cada una de las publicaciones que hemos visto surgir, poco a poco y cada vez con menos riesgo, menos censura y, por lo tanto, cada vez más auténticas y frontales. Lo cual tiene un valor importantísimo como expresión artística y como testigo de los procesos inherentes e íntimos de la experiencia gay. O Lésbica o trans… en fin digo gay porque estoy pensando en los autores y los títulos que han surgido en la literatura mexicana desde El vampiro de la colonia Roma de Luis Zapata. Gran libro, por cierto. Con el que se inaugura una tradición de novelas y cuentos que retratan la vida de hombres homosexuales en diferentes épocas del México moderno.

10.- ¿Qué editorial publicó tu novela?

Ediciones Zetina, con la que estaré agradecido siempre por brindarme la oportunidad de publicar por primera vez en mi vida y a los cuarenta y tantos años.

11.- ¿Qué satisfacciones personales te dio esta novela?

Publicar y ser leído, por supuesto que son grandes satisfacciones. Que se vendiera la novela, que hubiera desconocidos que se acercaran para decir que la habían leído, las presentaciones y todo eso es emocionante, pero es efímero, y no brinda garantías de nada. A partir de ese momento, los libros no se escribirán solos. Y al contrario debes de hacer un esfuerzo consciente para superarte a ti mismo.

Pero lo que sí fue una satisfacción permanente, que perdura y resulta alentadora es saber que puedo. Que puedo escribir y que puedo publicar. Eso se vuelve una especie de noción, de seguridad personal. Y no es un mérito, es una exigencia. Además, debo decirte que lo que más disfruto, lo que más me gusta en esta vida, lo que de plano si dejo de hacer dejaría de comprender mi existencia y el mundo que me rodea, es escribir. Y no siempre escribir con la intención de publicar.

12.- ¿Desde cuándo escribes y cómo fueron tus inicios?

Cuenta la historia que aprendí a hablar muy temprano. A los diez meses hilaba frases, nombraba las cosas que me rodeaban, me comunicaba y dicen que la dicción era clara. Pronunciaba bien las palabras y no muy tarde, a los tres años, hablaba tres idiomas y entendía lo que era la lectura. De esto sí tengo recuerdos. Una fascinación creciente por la letra escrita, por la milagrosa configuración de las palabras y de las oraciones y los párrafos y las historias. Pero también me fascinaban los letreros en la calle, los rótulos, las marquesinas, los anuncios, los encabezados de los periódicos. Hasta la fecha me siguen fascinando los encabezados. El lenguaje como habilidad del ser humano y el habla como expresión del individuo de esa habilidad. Por supuesto que esto lo comprendí después y mi interés por teorías como el psicoanálisis, la lingüística, la Teoría de la Mente, Piaget, Saussure, la teoría de Paul Chauchard y la construcción del pensamiento a partir del lenguaje me fascinaron. Y de una manera muy natural, orgánica diría yo, imaginaba historias, las estructuraba y las escribía con una lógica bastante sólida para la edad que tenía. Es decir, escribía cuentitos que tenían un planteamiento, un clímax y una resolución creíble, que seguía justo una lógica. Algunos de esos cuentos los conservo, otros los recuerdo y seguramente muchas cosas se perdieron.  Más adelante, me dio por escribir cuentos para el cumpleaños de mi mamá, de mi papá o de mi abuela Tina. Y se los regalaba. Luego empecé a escribir cartas, y durante los viajes escribía diarios. De adolescente me dio un tiempo por escribir poesía (pero aún me considero bastante malo para la poesía), ensayo y varios intentos de novelas que nunca terminé o que quedaron en el abismo del pasado.

En algún momento mis papás, ambos, comenzaron a decirme que debía de ser escritor, que debía leer más y enfocarme más en la literatura. Era un buen lector, no un gran lector, pero sí leía más que la mayoría de la gente de mi generación y siempre prefería leer una novela que estudiar cualquier cosa. Pero, en el fondo, yo no me creía capaz de producir literatura. Sabía que redactaba bien. Eso sí lo sabía y gané varios concursos de composición en las múltiples escuelas en las que estuve, que todas parecían concordar inequívocamente en dos cosas. Que yo redactaba bien, pero que al paso de un año o dos, era necesario correrme por mala conducta. Pero redactar bien, era algo muy diferente a producir literatura. Ya adulto y con una intención clara, escribí El amor no basta. Y la reescribí varias veces. Le di muchas vueltas a la estructura, a la narrativa, a la forma en la que contaba la historia. Y fue increíble lograr escribir de mil maneras diferentes cada párrafo y observar la forma en la que afectaba la estructura general de la novela. Fue este encuentro con la plasticidad de la escritura, que me parece algo así como la ingeniería literaria, lo que me llevó a experimentar mucho con el texto. Y hubo un momento en el que estando en un viaje, inolvidable, en África en uno de los lugares más bellos y emocionantes que he conocido (la isla de Lamu, en Kenia), decidí cambiar de lugar el primer capítulo y colocarlo al final, y el último capítulo ponerlo al principio. Y la historia cobró un carisma que no tenía antes. La historia no. En realidad, la forma de contarla. Esa tarde y después de mucha talacha, de leer y releer, de escribir y modificar el texto, me apropié de la potestad que me brindaba ser el autor del texto. Entendí que hay que buscarle a la misma historia, ese rostro que mejor la representa. Es decir, el texto que mejor la narra. Y eso es lo que hace al escritor. Regresé muy emocionado y le mostré el texto a quien era mi pareja en ese entonces. Y fue él quien me alentó a publicar. Fue él quien me sugirió varias editoriales que publicaban a autores inéditos. Entre ellas la Editorial Zetina.

13.- ¿Qué herramientas brinda la filosofía en el mundo de la técnica y de la cotidianidad? Una sola. Pero fundamental. La comprensión. Comprender casi cualquier cosa. Y comprender lo que sea, porque se reconocen los principios epistémicos que conforman todo postulado del pensamiento humano. Mientras más profundamente estudias la filosofía y sus herramientas metodológicas, más capacidad se adquiere de comprender el mundo.

14.- ¿Cómo ha sido para ti ser escritor fantasma de personalidades políticas y artísticas?

Muy divertido. A veces ha sido complicado gestionar la experiencia de ser parte de una controversia, pero sin que se sepa que lo eres. Te conviertes en esa especie de ave que vuela sobre el pantano sin manchar su plumaje. Además, como escritor fantasma muchas veces escribes algo que obedece al criterio de tu cliente y no al tuyo. Lo cual sacude o puede llegar a sacudir la estructura de tus escrúpulos. Y por eso no se involucra el nombre… Esa es la razón por la que permanecemos como fantasmas. Y es también la razón por la que los contratos, en su mayoría, contienen un clausulado que obliga a ambas partes a guardar la relación en secreto. Y creo que eso mismo lo hace, de entrada, muy atractivo. Al mismo tiempo, requiere del respeto y la obediencia de ambas partes. Cuando funciona bien, se pueden establecer puentes de comprensión mutua muy enriquecedores.

15.- ¿Qué hace falta avanzar en México para la inclusión de los sectores vulnerables en la cultura?

Desarrollo, acceso a las oportunidades, eliminar las desigualdades. Comprender, en verdad comprender, que cada privilegio, si no se ejerce con consciencia, gratitud y generosidad, puede convertir a una persona en una máquina productora de injusticias. Y esto es cultural. No se trata de la eficacia de las políticas públicas. Es un problema serio del comportamiento del mexicano. Por supuesto que, al ser cultural, al estar tan arraigado y al presentarse en todos los niveles socioeconómicos, afecta en todas las áreas del estado. Pero empecemos por eso: pensar los privilegios que la vida, mi vida, me ha dado. Y no se trata de renunciar a ellos sino de ejercerlos con gratitud, ser generoso y estar consciente de las formas en las que se puede compartir o potencializar cada privilegio.

16.- ¿Cómo ha sido tu experiencia como co-conductor del Programa de TV Suena Familiar?

Trabajar con Nicolas Alvarado (productor) y Eunice Cortés quien conducía el programa—yo fui su co-conductor— fue un placer. Me enseñaron mucho, me guiaron siempre con claridad, me involucraron en aspectos y exigencias de la producción que estimulaban la creatividad y la Dirección General de Televisión Educativa (DGTVE) me pagó una lana que nunca antes había visto en mi cuenta. No surgieron otras oportunidades de conducción posteriormente, lo cual lamento, porque es una chamba que podría volver a hacer encantado. Cabe aclarar que no era colocarse frente a cámara y sentarse bien (derecho y en la orilla del asiento como decía Nicolás citando a Audrey Hepburn), lo cual ya tiene su mérito porque, aunque el programa dura una hora, las grabaciones duran muchas horas más y la postura es fundamental para no verse fatal en la pantalla. Pero había que hacer la tarea, leer mucho, investigar sobre las personas que entrevistábamos, prepararse sobre el tema que trataría cada emisión, formular una opinión, hacer comparsa con quien conduces, aprender a entrevistar, mantener un orden mental riguroso, observar los ritmos, escuchar indicaciones del director mientras estás al aire o grabando, responder inmediatamente a esas indicaciones, no olvidar dónde está tu cámara, hacer patitos, en fin… Una enorme gama de detalles que hacen la magia de la tele. Que no es magia: es la cooperación continua y compartida de un equipo de gente talentosa y que exige que cada quien haga tan bien su trabajo, como lo está haciendo el director, los maquillistas, los camarógrafos, el productor, etcétera.  Pero regresaría fascinado a ese mundo y a esas tardes interminables.

17.- ¿Puedes platicarnos de la novela que has terminado?

Sí, por supuesto. Debo decir que esta novela me llevó a enfrentar varios retos. Para empezar, fue una novela muy catártica. Lo cual no significa que sea autobiográfica. Pero tanto esta como El amor no basta son relatos primordialmente realistas que despiertan la tentadora pregunta sobre cuánto de lo que ahí relato es parte de mi experiencia. Eso nunca lo confesaré. Ciertamente, algo de mi propia experiencia se puede adivinar. Pero luego está la libertad de la escritura que permite narrar cosas que no me sucedieron a mí, o que me sucedieron, pero no así. En todo caso, y esto es lo más importante, es que son, ambas, historias que nos han sucedido a muchos. Los personajes protagónicos de las dos novelas, pueden ser cualquiera de nosotros, representan a cualquiera de nosotros, denuncian los eventos que nos han herido y explican, lo que muchos no pueden o no tienen la oportunidad: la forma, la dimensión y la profundidad de esas heridas.

Por otro lado, la historia es determinantemente, inevitablemente una tragedia. Es la trayectoria de un hombre homosexual, que por ser homosexual su vida se convierte en un infierno. Y este detalle, merece dos anotaciones. No es verdad que la vida de todo homosexual sea inequívocamente una tragedia o un infierno. No. Incluso, creo que cada vez hay más elementos sociales, culturales y políticos en este país que brindan respeto, calidad y oportunidades. Pero no es así en todos los rincones del país, no es así en todos los países del mundo, y debemos de insistir, no claudicar en la paulatina construcción de sociedades más incluyentes y respetuosas de toda expresión de la diversidad del ser humano.

La segunda anotación, es que dado que el carisma de la novela, proviene en gran parte de este aspecto, lo infernal, que se vuelve su vida, no pude evitar la tentación de representarlo con elementos, tropos, personajes de la estructura de la mejor representación literaria que tenemos del infierno. La mejor y la primera en la historia universal. Los insuperables cantos de la primera sección de La divina comedia de Dante Alighieri. Por supuesto que se les brindó un tratamiento a esos tropos y personajes, para adecuarlos a un contexto localista, contemporáneo y ultra gay. Todo sucede en el centro histórico de la Ciudad de México, en los tiempos actuales y todos son gays. Es el infierno gay. Y la historia se desarrolla mediante nueve capítulos, obedeciendo a la estructura del Infierno de Alghieri y sus nueve círculos concéntricos. Cada capítulo, corresponde, como cada círculo a un pecado o a veces dos, pero tal cual describe Alighieri al infierno. Y cada uno de los pecados, es la situación, peripecia, nódulo literario mediante los cuales avanza la historia.

Y ahí enfrenté el otro desafío. Manosear una obra tan perfecta y brillante como es La divina comedia, sin tener un conocimiento profundo de la misma, me parecía una frivolidad. Y hubiese sido un grave error de mi parte. Me tomé dos cursos formales on line, durante la pandemia, lo cual la hizo más llevadera. Uno de apreciación de la poesía medioeval, en el cual uno de los módulos era sobre La divina comedia, en la Universidad de Salamanca en España. Y el otro en la Complutense de Madrid, pero más acotado sobre la vida y obra de Alighieri. ¡El tipo era un genio! es una joya perfecta y eso, todos lo sabemos o lo intuimos porque seguimos leyendo su poema de tantísimas páginas a través de generaciones y siglos. Pero, la verdad es que no sabemos por qué era un genio ni por qué es perfecta su obra. Simplemente esto es motivo de otra entrevista y no me voy a detener en eso. Solo agregaré lo que me parece más gloriosamente importante. Si hay un evento en la historia universal del arte que catalizó el Renacimiento, fue la publicación de La divina comedia, la cual ni más ni menos provocó un cambio en el pensamiento del hombre tan contundente, que derribó las tradiciones medioevales y planteó una forma nueva de ver y de vivir la vida. Otro día les cuento más de eso.

Pero escribir sobre semejante material, y ser respetuoso de su magnitud, exigió siempre una extrema prudencia de mi parte y al mismo tiempo me regaló la sustancia con la que escribí Cuatro de cien. La divina Rehabilitada. No es una interpretación, no es una emulación. Fue y es una inspiración. Dante Alighieri critica bellamente y severamente a la sociedad florentina de aquel momento. Y hace énfasis en que la dirección en la que el ser humano ha evolucionado (históricamente, no filogenéticamente) no es buena.

En mi novela represento lo que considero “A la mitad del camino de nuestra vida, el bosque oscuro del error”, como dice el mismísimo Dante en la primera línea del primer canto de la Divina Comedia. Justo en la entrada del infierno, ante el pórtico de la desesperación humana.

La novela señala dolorosamente todas esas actitudes que configuraban y en algunos casos configuran aún las múltiples formas de la homofobia y en ella señalo la forma en la que perjudican el desarrollo personal de un ser humano cuyo ambiente familiar machista, violento y hegemónicamente heterosexual le afecta irreparablemente. Por supuesto que escapa de esas concepciones. Él mismo se aleja y va encontrando a lo largo de su vida las fórmulas, que le permiten transformar y abandonar las estructuras antiguas, las denigrantes, las que surgieron como cicatrices después del escarnio. Pero el trauma permanece inmóvil acechando. Él anhela la libertad y la anhela para poder amar sin limitaciones, sin cortapisas, amar a quien él ame, pero el amor entre hombres es, según lo que le enseñaron, una aberración. La lucha interna que libra este hombre es, en verdad, un infierno. Pero no se da cuenta y el continúa luchando, feroz pero no inagotable. Cuando parece que ha logrado cambiar los núcleos del rencor, del miedo y la autocensura; cuando encuentra un lugar y un grupo de amigos, aparece también el amor de su vida…

“Pero hay algo perverso en una vida que, de un momento al otro, cumple los sueños. Tras los fulgores de un destino generoso, hay un desafío al temple. Yo inicié el recorrido desde la condición humana hasta los escaños que nos separan de los dioses, pero también de los demonios. La dicha y el dolor, la oscuridad y la luz, la cima y el pozo son los extremos que se confunden en el goce.

Llegué al infierno con un gran apetito, era deseo. Hambre de vida. Indómito. Me integré a sus dinámicas y mareas, a sus élites, a su mitología. Yo, Dante, el que recorrió el infierno por amor y voluntad propia, al mismo tiempo me enfrentaría a la inevitable tentación de escalar cada día, a la altura de mi propia leyenda. Así inició la fanática distorsión de lo verdadero, la idealización de una figura glorificada: la especulación del mito.”

(Cuatro de cien La Divina Rehabilitada. de Alejandro Brauer)

18.- ¿Cuáles son tus planes profesionales para este año que inicia?

Tengo dos novelas que se encuentran muy en pañales aún. Otra que está más avanzada, pero que por diversas razones he dejado de lado durante varios años. A pesar de que escribir es lo que más amo, no pienso dejar de ser psicólogo y fortalecer el modelo de psicoterapia y profundizar en su práctica, abarcar más casos y formar a otros terapeutas; creo que es también una de mis prioridades en este momento.

19.- ¿Cuáles son los retos de las nuevas masculinidades en el México actual?

Puedo pensar en muchas dificultades que surgen tan solo al hablar de nuevas masculinidades. Es problemático, simplemente mencionarlas. Pero el reto mayor está en los hombres. En la miopía del macho que no ve motivo alguno para incorporar un comportamiento diferente. Porque de alguna manera, el machismo sigue ofreciendo recompensas inmediatas. Sí, se gana algo con mayor velocidad y más veces con la violencia y la agresividad que de otras formas. Es más satisfactorio y fácil la dominación y las imposiciones que conciliar. Y es mucho más sencillo atravesar por la vida perpetuando esas conductas que hacer el esfuerzo constante y permanente para evitar repetirlas. Las nuevas masculinidades no son ningún secreto o hilo negro. No son nuevas tampoco. Siempre hemos sabido, al menos los que estamos vivos, qué es y qué no es un comportamiento sexista y misógino. No cambiar porque no se conoce otro formato, es una cosa… pero la mayoría de los hombres no quieren dejar defender lo indefendible. Y eso no representa un reto. En mi opinión, el asunto es más delicado aún. Porque eso, ahora y sabiendo todo lo que ya sabemos, configura una amenaza.