Cuando escuchamos la palabra edad media nos llegan muchas cosas a la mente: castillos, princesas, guerras larga, todo lo que nos ha vendido el cine pero no todo era tan glamoroso como se retrata en la pantalla grande, las mujeres no siempre lucían una piel tan saludable y puede que no olieran a rosas.
  1. Existía y se jugaba el rugby, la pelota se hacía con la vejiga de un cerdo rellena de paja o un símil. El juego era entre una comunidad y la violencia era excesiva, tiempo después fue prohibida por los problemas que generaba.
  2. Los animales iban a juicio, se les desarrollaba una defensa en donde explicaban su comportamiento: robo o asesinato, en general el animal “culpable” era muerto.
  3. Según los médicos, bañarse, sobre todo con agua cliente, debilitaba los órganos dejando al cuerpo expuesto a condiciones insalubres. Se llegó a extender la idea de que una capa de suciedad protegía contra las enfermedades y que el aseo personal debía hacerse “en seco”: con una toalla limpia se debían frotar las partes expuestas del cuerpo.
  4. El bañarse era un acto castigado por la iglesia, dado que lo consideraban un lujo innecesario y pecaminoso.
  5. Algunos trataban de mantener sus dientes limpios con ceniza o aplicándose romero.
  6. Odiar el baño no era una cuestión de pobres, los altos rangos de la sociedad procuraban, como mucho, darse dos baños al año, sin olvidar las precauciones y la prescripción médica.
  7. El baño se tomaba en una tina llena, o medio llena, de agua caliente. El baño se tomaba por jerarquía de familiar, es decir, padre, todos los descendientes masculinos por edad, posteriormente las mujeres por orden de edad.
  8. Los desperdicios eran material de reciclaje. Los excrementos de las fosas sépticas servían para el abono al igual que los huesos triturados, la orina era utilizada por los tintoreros. Todo aquello que no tuviera otro uso permanecía tirado en la calle.
  9. El dicho ¡aguas!, proviene de la vieja costumbre de tirar los orines, excrementos por la ventana o puerta de la casa, se dice que algunos señores podían hacer sus necesidades desde su ventana. Cualquier basura no útil para la casa en cuestión podía ser tirada a la calle sin ningún problema.
  10. No había baños, drenaje, acueductos, personal de limpieza ni deseo por la higiene, personal o pública.
  11. Las calles no eran caminos establecidos con piedras u otro material, por lo tanto,  se caminaba sobre basura, excremento de personas o animales.
  12. Los nobles que gozaban de un foso tenían la costumbre de tirar allí sus desperdicios, y sus excrementos, además de consumir el pescado de la propia fosa.
  13. Existían las cucharas y los cuchillos pero para algunos alimentos se utilizaban las manos para comer, hay que recordar que no se lavaban las manos.
  14. El abanico servía para disipar el mal olor que desprendían además de ahuyentar a los insectos que se acercaban por el hedor, es natural que los nobles tenían personal que lo hiciera por ellos.
  15. Los matrimonios se celebraban en el mes de junio (el primer baño lo tomaban en mayo), las capas de mugre eran ligeras y fáciles de disimular, la novia, se hacía acompañar por algunos ramos de flores para oler bien.
  16. Los ricos que tenían platos y copas hechos de estaño generalmente se envenenaban al ingerir el óxido que se generaba al entrar en contacto con alimentos o bebidas ácidas. Para los que caían en estado de “muerto” se le dejaba durante unos días dentro de un cuarto mientras se preparaba el funeral, la espera servía para confirmar si estaba muerto o vivo.
  17. En el verano los granjeros se quedaban sin trigo fresco para el pan, entonces recurrían al centeno almacenado, que desarrollaba al hongo ergot o cornezuelo, que tiene, entre otras cosas, ácido lisérgico, precursor el LSD.
  18. Cuando llego la peste, los médicos creían que con quemar hierbas aromáticas estas podían purificar el aire de la peste.
  19. Algunos tratamientos para la peste consistían en  sangrías (sangrado controlado), poner sanguijuelas sobre los bulbos o bubones para “re-balancear los humores”.
  20. Los médicos en la época de la peste utilizaban un “uniforme” especial: una túnica de tela gruesa, una máscara con dos agujeros con lentes de vidrio y una nariz cónica con forma de pico, la cual era rellenada con paja y sustancias aromáticas.