Mi juventud es un agujero negro.
Dentro de mí ha caído la luz que yo mismo me he robado.
Astro difunto haciendo implosión,
funesto incubador de la fuerza oscura del universo,
recipiente de la maldad ajena,
dentro de mí cae la luz que yo mismo me he robado.

No puedo hacer el mal
porque el mal me hace a mí.

Incapaz de salir de mí mismo,
deseo un instante abrir los brazos como un sol
por siquiera despedir a lo que fui.

Agujero que engulle la posibilidad del amanecer,
no sé desde donde quiero hablar…