Se ha escuchado en muchas ocasiones sobre la ceremonia del té, pero es posible que no se comprenda del todo su alcance y antigüedad. Además de ser una forma de compartir momentos con amigos o invitados, tomar matcha puede ser una experiencia de paz y serenidad.

Antes de que el té fuese té, se utilizaba como medicina que combatía la fatiga y levantaba el ánimo, también se empleaba hecho en masa como ungüento para todo tipo de reumatismos y artrosis.

En la China del siglo VII, se empezó a elaborar de manera distinta para degustación de las personas de élite que lo incluían en sus reuniones de placer como parte central de sus distracciones.

Entre los monjes budistas se creo toda una liturgia sobre la ceremonia del té. Los monjes budistas recolectaban la planta del té de sus plantaciones y lo bebían de un único bol, pasándolo de mano en mano, con el ritual de un sacramento.

El conocimiento de tal ritual dio como resultado que en el siglo XV naciera y se desarrollara la ceremonia del té en Japón, quien lo incorporó formalmente a su cultura y lo hizo suyo, implantándolo en la vida cotidiana, siendo promovido y auspiciado por importantes personajes de la historia quienes sentaron las bases para las formas estéticas de consumo y elevación de éstas a la categoría de arte.

La ceremonia del té es en sí misma una obra de arte, y necesita, como tal, ser llevada a cabo por las manos del maestro de ceremonia que plasmará en ella, de una manera plástica y tangible, la concepción de su arte.

Los utensilios que forman parte del equipo de té son veinticuatro piezas, cada una de las piezas deben mantener pulcritud y limpieza, por muy usadas que puedan estar.

Existen tres periodos bien definidos en la historia del té que se asocian a otros tantos modos de consumo:

  • El clásico, época del té hervido (masa de té amasada).
  • El té en polvo.
  • El té en infusión, cuyo principal rasgo es la utilización de la hoja entera sin moler o trocear.

El simbolismo de la ceremonia del té se puede dividir en dos:

  • En términos religiosos, el té simboliza el budismo, que es sinónimo de calma, paz, meditación y recogimiento.
  • El arte de té es una síntesis de todos los pensamientos filosóficos y artísticos que se desarrollan con profusión a lo largo de los periodos: Ashikaga (1338-1568), Yomoyan (1568-1615), Tokugawa (1615- 1867).

Posteriormente, su culto alcanzo su más alto grado de perfección y belleza, ennobleciendo la planta del té y convirtiendo la degustación de sus hojas en una religión estética que se denomina Teísmo.

Si quieres conocer a detalle la ceremonia del té, puedes leer  El libro del té de Kakuzo Okakura.

En caso de que te interese aprender, haz click.

 

Fuente: Japón, El país de la espada y la flor. Sergio Hernández Patiño.