Queride amigue que estudia la Educación Media Superior y tu clase favorita es la de Literatura, seguramente te pedirán o te han pedido en estos días hacer el comentario libre de una estrofa de un poema para conocer tus habilidades interpretativas, así como tus conocimientos históricos, temáticos, retóricos, etc., en relación con la poesía. No entres en pánico. Si bien, tienes a libertad de redactarlo a tu modo, te han pedido una extensión más bien breve para ejercitar su capacidad tanto de análisis como de síntesis. Aquí unos consejos: primeramente, identifica la forma (si es un poema breve o tradicional), el subgénero poético al que pertenece, la estructura de la trabazón de las rimas y la cantidad de silabas que tiene (recuerda contar las sílabas según el canon). Identifica el tema principal (la soledad, la maternidad, la lucha obrera) y los motivos (la ventana, el pecho, el yunque), determinando cómo se relaciona el tema con el simbolismo de los motivos. Trata de determinar una modalidad estética o corriente artística a la que pertenece o puede pertenecer. Relaciona el texto a analizar con otros. Procura reconocer alguna filosofía que pueda existir subyacente al texto. Relaciona el texto con otros anteriores o posteriores, buscando correspondencias, afinidades u oposiciones. Estas son algunas posibilidades a las que puedes recurrir. Yo sé que tú puedes. Sólo es cuestión de articular las nociones vistas en clase aplicadas a un caso concreto. Te pongo un ejemplo:
Comenta el siguiente fragmento de un poema de Manuel Acuña.
Que al fin de esta existencia transitoria
a la que tanto nuestro afán se adhiere,
la materia, inmortal como la gloria,
cambia de formas; pero nunca muere.
Estamos ante un cuarteto, dodecasílabo, de rima consonante (ABAB), perteneciente a uno de los poemas, “Ante un cadáver”, más célebres del autor (junto a “Nocturno a Rosario”). El tema es un cliché romántico, el cual se solaza lo mismo que se asombra reflexivamente ante el fenómeno de la muerte. La muerte, en este contexto romántico, significa típicamente una esperanza o salida contra el dolor de un mundo terrenal opresivo trabado en la carne. Aunado a esto, aparece la idea de la transustanciación de la materia (si podemos permitirnos esa licencia) espiritual después de la muerte, cambiando de forma solamente, lo que supondría una inmortalidad del espíritu. Como idea cósmica o mística, esta idea se puede rastrear ya desde el primer romanticismo alemán; y en realidad proviene de tradiciones religiosas orientales, así como tradiciones herméticas platónicas y neoplatónicas.
¿Ves qué sencillo es?