El cubismo, fuerte influencia artística del siglo XX, encuentra su forma de expresión en formas geométricas para realizar sus trazos y plasmar la impresión que tienen de la realidad. La utilización de cubos es lo que la convierte en una forma novedosa de arte poco convencional, pues es a través de ellos que construyen las formas y figuras que componen la pieza artística, por lo que la convierte en una obra distinta las que se vivió durante la época del impresionismo, es decir, el espectador tiene que agudizar su vista para poder interpretar lo que el artista trata de exponer.
La gama de colores y tonalidades, en la mayoría de las obras, versa en lo monocromático, aunque existen excepciones donde se utiliza amplia variedad de color en la pintura.
La propia interpretación de la realidad transforma al cubismo en un arte novedoso, innovador, desafiante y atractivo para un consumidor de arte exigente, siendo los principales desarrolladores del tema son Picasso y Braque. Cada uno plasma con sus pinceladas la forma en la que capta su entorno, es por esto que el cubismo es tan distinto, pues cada autor distorsiona la realidad a su manera.
Pese a que tuvo corta duración en la escena, fue suficiente para romper con la corriente impresionista y proporcionó un parte aguas para crear nuevas formas de expresión de futuros artistas.