Es muy común en el vocabulario del mexicano usar la palabra “joto” como un despectivo, ya sea al referirnos a alguien por sus preferencias sexuales, como un sinónimo de cobardía, o sólo con el afán de molestar.
Pero ¿realmente sabes de dónde nació esa palabra? Pues bien, ese regionalismo tan propio del mexicano tuvo origen nada más y nada menos que en el Palacio Negro de Lecumberri.
Esta histórica prisión estuvo dividida en crujías, las cuales se organizaban alfabéticamente y era así como designaban las celdas a los presos. Hubo una época en México en la que se registraron un gran número de denuncias por violaciones, entonces comenzó a surgir pánico entre los reos de Lecumberri, e hicieron que todos los homosexuales recluidos ahí se les encerrara en la crujía “J”, y es así como surge el término “joto”.
Diversos escritores que pisaron el Palacio Negro de Lecumberri (ya sea por visita o por estancia) han mencionado en sus obras literarias la etimología de esta palabra, tales como José Agustín, Elena Poniatowska, José Revueltas, por mencionar algunos.