Mario Rodríguez (El Paso, Texas; 1993) inició a estudiar actuación tras graduarse de la escuela preparatoria, en 2012. Fueron años de preparación en una escuela venezolana de nombre CIFALC (Centro Internacional de Formación Actoral Luz Columba). Así inicia Mario a buscar su sueño de ser un actor profesional y reconocido, inspirado en grandes estrellas de la televisión y el cine. Una de ellas, y la que lo hizo decidirse por este camino fue Dulce María, famosa por su actuación en la exitosísima telenovela Rebelde. El personaje de Roberta interpretado por Dulce María le despertó la vocación, ya que para la actriz ser rebelde consiste en luchar por realizar los sueños personales y buscar siempre la libertad. Gracias a ella, pudo Mario enfrentar una crisis por la que pasaba en sus años de preparatoria, siendo víctima de acoso escolar por tan sólo ser diferente, en pleno duelo por la muerte de su padre. Desde entonces sigue a la mexicana y encuentra en sus palabras motivación frente a la adversidad y los retos del vivir.
Lo que más fascina a Mario de actuar es “poder meterse en los zapatos de alguien y sentir todas sus emociones” para luego trasmitirlas al público en vivo y en la pantalla. Busca a través de su arte ser una figura que, al igual muchas grandes personalidades, ayude a otras personas a mejorar su calidad de vida, tomar conciencia del valor propio y enfrentar las diversas problemáticas.
A la fecha, Mario ha actuado en dos films y nueve obras de teatro: cada uno le ha dejado una valiosa enseñanza. Si bien al principio de su carrera estaba nervioso, ha dejado atrás el miedo, decidido a abrirse paso en el difícil mundo de la actuación y el espectáculo. Verse en la premier del Teatro Ocho en Miami, con una actuación fuera de lo común lo llenó de orgullo y satisfacción, sobre todo porque para ello conectó con la magia de su personaje y disfrutó enormemente las caracterizaciones que sufrió gracias al maquillaje y las pelucas.
Mario sabe muy bien que su sueño requiere de mucha disciplina, por eso está siempre en un aprendizaje constante, entrenando su voz, vocalizando, leyendo, y viendo noticias, tutoriales y series para estar informado. En la pantalla chica y grande encuentra recursos que aprende de otros actores. Sabe también que la preparación es también mental, por eso estudia mucho el lenguaje de los personajes y su psicología, apoyándose en estrategias como notas e investigación documental. Aunque, claro, también toma elementos de su imaginación y de la vida misma en lo que nos regala de experiencia.
Le gustan todos los géneros teatrales y en todos quiere incursionar. Lo más importante de todo es, insiste, profundizar en el texto y comprender su dimensión de fondo para llegar al mensaje que la obra quiere trasmitir. “Cuando lo logras, te satisface mucho y eso lo trasmites al público y hace que se enganche”.
Su creatividad, a la que ya había dado cauce a través de la pintura en sus años de estudiante, lo ha llevado a escribir dos trabajos: La pizzería y La nueva inquilina, obras que estarán en su próximo demo que está por grabar justo estos días. Éste otro paso más que da en su carrera por su sueño que es, no tiene miedo de decirlo, ser un ejemplo para las futuras generaciones: uno de constancia, fe en sí mismo y superación. Él quiere convertirse en un influencer que, a través de su trabajo en la escena, inspire a la gente a creer y confiar en sus propias capacidades. La pizzería es una comedia que ya ha sido representada en dos diferentes teatros de Miami; se trata de una obra de doble sentido y un tanto sensual que tuvo éxito, pues el público logró conectar con la magia de la trama y reír mucho satisfactoriamente, que de eso se trataba. La nueva inquilina es una obra que también apuesta por la diversión y lo singular, ya que propone “algo diferente a lo que se suele ver en la época”: se trata de la historia de un transexual que va en busca de su amor del pasado juvenil. El transexual encuentra a su objeto de amor casado con una mujer y, a pesar de la atracción que siente, todo queda en sueños. En el demo también será incluida la obra Whiskey y cocaína, drama que representa a una pareja del medio artístico en donde él es director de cine y su esposa lo engaña con un amante, siendo descubierta por un paparazzi. Esta obra es de la autoría de la compañera escritora venezolana Thais Erminy; y fue la primera en la que actuó Mario, disfrutando grandemente de sus escenas intensas que le ayudaron a explorar facetas nuevas de sí mismo. Tres trabajos bastante diferentes entre sí que hacen destacar facetas diversas del mismo Mario.
Como parte de su preparación física, está también muy consciente de la necesidad de cuidar el peso y tener buena alimentación, así como la de hacer ejercicio al menos tres veces por semana, ya que su cuerpo (sin dejar de lado la inteligencia) es una de sus principales herramientas en esta carrera. Para ello, hace hincapié en la fuerza de voluntad como clave. Respecto de los límites, no descarta alguna vez hacer desnudos siempre y cuando sean muy cuidados y tengan un sentido artístico en el que reluzca la sensualidad y el erotismo, y no caigan en simple exhibicionismo o pornografía, lo que desafortunadamente ocurre mucho.
No obstante que la pandemia vino a arruinar proyectos escénicos de una inumerable cantidad de actores, Mario ha sabido aprovechar el aislamiento y el tiempo de esta pandemia para trabajar en su arte. Hoy más que nunca, está aferrado a sus metas. Por lo que ha sabido adaptarse a las nuevas demandas del medio, como los castings virtuales que ofrecen la posibilidad de grabar la actuación para tener un mejor control sobre ella. Sabiendo que la lucha por los papeles en el medio es tremenda, se prepara intensamente para un casting con una rutina de entrenamiento actoral para que sus personajes luzcan naturales, sin movimientos mecánicos. Para ello, recalca nuevamente, estudiar a fondo el texto es decisivo. Como quiera, la expresividad de sus gestos es un elemento a favor de Mario. Otra habilidad más es el dominio dos idiomas, el español y el inglés, enriquecidos con una capacidad especial para apropiarse fácilmente de los acentos distintivos de diferentes geografías
A pesar de que su carrera apenas está despuntando, Mario ya ha brillado en castings. Relata una experiencia que tuvo cuando aún estudiaba actuación y se animó por primera vez a ir a uno. Para ello estudió su guion durante largas horas, acudió muy puntual y preparó unos recursos visuales en forma de tarjetas y se caracterizó con un monóculo para hacer más visible la obsesión de su personaje por los signos de puntuación en su discurso oral. Su interpretación fue ovacionada por las personas que la contemplaron. Y a eso justamente había ido allí: a dejar la huella de una impresión imborrable. Habiendo recibido la felicitación del director, éste le auguró un enorme porvenir.
Porvenir que Mario construye día con día, esperando pronto realizar los papeles que tanto desea. Le llaman la atención sobre todo los psicópatas y villanos, ya que le permiten explorar en situaciones que de otro modo están prohibidas en la vida real. También lo atraen los superhéroes, la acción y las películas de terror.
En su entrevista en video para esta revista, como todo un profesional, Mario habló muy seguro de lo que desea y lo que ya está construyendo. Así de seguro, pero humildemente, Mario se despidió de los lectores de esta nota, esperando que se mantengan pendientes de sus nuevos proyectos y le sigan la pista en esta aventura que anima su vida y lo llena de emoción.