Kenia Iliana Zárate López (Córdoba, Veracruz, 1996) se considera vallartense de corazón, puesto que a la edad de 4 años, ella y su familia se vinieron a radicar a Puerto Vallarta. Se graduó por excelencia académica como Licenciada en Psicología en el Centro Universitario de la Costa de la Universidad de Guadalajara. Actualmente trabaja en intervenciones psicoeducativas, clases de regularización, terapia cognitivo-conductual para adolescentes, especializándose más dentro de la psicología infantil. En compañía de su esposo, es facilitadora de talleres y arte-terapia para niños, los cuales les sirven para conectar de manera creativa con sus emociones mediante actividades artísticas y poesía infantil, para poder fortalecer su desarrollo psicoemocional. Sin embargo, Kenia ha encontrado en la diversificación de actividades y en el emprendimiento, una manera de encontrarse consigo misma, crecer como persona, explorar sus habilidades y explotar sus talentos.

Desde niña le encantaba hacer manualidades, así como coleccionar miniaturas. De hecho, de niña sus padres le regalaron un kit de bisutería para que produjera sus propias piezas. Tras reencontrar este kit hace unos años debajo de su cama, luego de mudarse de casa de sus padres, se le removió la nostalgia por este pasado y decidió volver a su antigua pasión. De manera autodidacta, pero también con cursos de diversos materiales y técnicas, entró de lleno a este rubro, formando su propia marca de accesorios en 2019: LOONA (una combinación entre la palabra luna en español y su traducción al inglés: moon). Esto la llevó a diversificar su identidad de profesionista agregándole la de manejadora de su propio emprendimiento que incluye diseños propios de aretes, collares, pulseras, imanes, llaveros y dijes, aunque también Kenia es capaz de realizar las ideas particulares de los clientes, bajo pedido.


Por otra parte, siempre gozó de dibujar. Tras hacer una caricatura de ella y su esposo en arte digital y compartirla en sus redes sociales, se dio cuenta que otras personas gustaban de su trabajo en este otro sentido y le pidieron que les hiciera dibujos digitales de sus propias fotos. Así surgió su otra marca llamada Ilustraciones KIZ (letras que componen las iniciales de su nombre), que además de retratos caricaturizados, ofrece servicios de restauración de fotos, flyers, stickers, postales, logos, tarjetas de presentación y otras formas de diseño. Ambas marcas están en proceso de fusión. Y es que mantenerse creando, siempre ocupada en sus propios proyectos ha hecho a Kenia una mujer realizada y feliz, no obstante, la demanda de trabajo a veces le genera mucho estrés.


Kenia nunca se había imaginado que sería una mujer de negocios. Sin embargo, las circunstancias de la vida y la necesidad de enfrentar retos la llevaron por el camino del emprendimiento. “Ser emprendedora va más allá de un couching o un curso de liderazgo. Se trata de descubrir tu talento y habilidad para hacer cosas, sin prostituir tu trabajo y siempre fiel a tu esencia creadora; saber adaptarte y dar lo mejor de ti en las cosas que haces para crear tu propia marca” nos recalca Kenia. Sabedora de que las redes sociales son de suma importancia en estos tiempos, ella ha sabido exponer y vender sus productos en línea, entregando en puntos estratégicos de la ciudad de Puerto Vallarta como Galerías, Plaza Pitillal, La Isla, Plaza Caracol, etc. Del mismo modo, expone sus productos en diversos eventos culturales y mercantiles con regularidad, para lo cual se prepara llevando siempre productos nuevos, siempre consciente de que la calidad del trabajo va ante todo. Ella se declara una mujer perfeccionista que goza de que sus productos tengan altos estándares y compitan consigo mismos, pero sin caer en la obsesión. Todo debe fluir naturalmente, “sino las cosas no salen auténticas”, dice. Así, cada pieza lleva su propio ritmo, su propio proceso que hay que cuidar y respetar (modelado, secado, barnizado, armado, etc.). En este sentido, puede dedicar desde unas horas hasta semanas enteras en una sola pieza, dedicándole la atención debida para lograr tanto la satisfacción del cliente como la suya. Sus diversos materiales (arcilla, porcelana fría, resina y plastilina epóxica), adquieren en sus manos un lugar seguro para transformarse en originales y novedosas piezas, que nacen de una Kenia que trabaja duro y se exige a sí misma para mejorar y hacer crecer sus marcas. La constancia, la disciplina, la creatividad, la difusión y la publicidad son valores que rigen su labor como emprendedora. Espera pronto ver sus diseños en tiendas y centros comerciales de la ciudad, ya que actualmente sólo es posible conseguir sus diseños con ella.

Psicóloga y emprendedora, Kenia también es escritora. La poesía ha estado presente en su vida en olas que son para ella un “vaivén” que ha llegado en momentos clave de su vida y que la asalta con la necesidad de escribir. Entre lo cíclico y lo fugaz, su inspiración acude caprichosamente en lo momentos menos esperados y la obliga a detenerse a escribir un verso o una idea en medio del caos de la vida cotidiana. Ya tiene su propio método de trabajo como escritora, prefiriendo empezar a estructurar desde el final sus poemas o cuentos. Trabajo que se nutre de múltiples lecturas a través de los años y la colección amorosa de libros: Poe, Pizarnik, Castellanos, Borges, Mistral, Whitman, Sor Juana, Bécquer, entre otros, han constituido la pléyade de autores que la han emocionado y le han acercado el misterio poético; aunque también resalta la inspiración en autores contemporáneos como Carmen Villoro, con quien ha tenido la fortuna de coincidir en algunos momentos, y en cuya prosa reconoce la singularidad de lo que implica una profundad artística muy honda y lograda en la aparente sencillez.
Su incursión por la literatura la ha llevado a lo largo de los años a participar en tertulias y lecturas públicas de poesía, junto a diversos colectivos, así como a publicar poemas en revistas y medios digitales como Piensa libre. No obstante, la efervescencia de actividad literaria de los últimos años en Puerto Vallarta, la escritora desearía que esta fuera siempre una constante. Generaciones se suceden y, en su opinión, no parece que estos proyectos cuajen en un impacto general; a pesar de lo cual, Kenia ha estado presente. Por ejemplo, invitada por la maestra Kyliel Casillas, ha dado talleres de poesía para mujeres en situación de cárcel, producto de lo cual resultó el libro Letras y corazones (2019), un proyecto que la enriqueció en grado sumo que, aunque con limitaciones, fue un éxito en tanto las beneficiaras se abrieron a la poesía, conectaron entre sí y trascendieron su situación adversa en letras que quedaron registradas para la historia. “Darles a conocer la poesía, fue mucho más allá de enseñarles reglas, ortografía y corrientes, lo cual no obstante se hizo. Fue algo más íntimo, en lo que no importó el estándar social que ocuparas en la sociedad. Al final la poesía nos unió y permitió ver mucho más allá de los juicios de la sociedad, permitiendo conocer más al ser humano que somos. Todos tenemos un origen común por diferentes que sean los contextos sociales en los que nos desenvolvemos. Desde que fui allí lo hice con la idea de no juzgar, de no tener prejuicios. Son seres humanos que merecen otra oportunidad”, nos cuenta Kenia.


De todo este trayecto vital, Kenia resalta la importancia de confiar en sí mismos. “Consiste en atreverse, dar el primer decisivo paso”, expone. En ella, la vida es un motor para seguir creando, puesto que “la imaginación no tiene límites; y en la medida en que adaptes la imaginación a tus habilidades y recursos, sacarás un buen provecho de la situación”, asevera. A pesar de que a veces se saturada de trabajo, Kenia ama hacer lo que le gusta y además genera ingresos económicos. Eso la llena de satisfacción, la cual quienes admiramos sus diseños y creatividad compartimos. Las metas continúan presentes: posicionar sus marcas en tiendas, abrir un consultorio particular y escribir un libro de poesía que ella misma pueda editar e ilustrar son algunos de los objetivos que mantienen a Kenia ocupada, siempre fiel a su esencia creadora, materializadora de sueños propios y ajenos.