CENTRAL CAMIONERA

Éste es el lugar de los andenes. Aquí despedir
a la familia, la ciudad natal, al amor verdadero:
un adiós que a veces es nunca.
Aquí la siesta incómoda de las horas desiertas,
el ajetreo exasperante de las tardes pico,
el hedor de los baños públicos.

Mira los desvencijados camiones
como al ejército de un mundo tercero,
los empleados en verde seco o café;
recuerda –añora, si puedes–:
las vacaciones en playas atestadas y sucias,
las visitas embarazosas de los parientes lejanos,
los difíciles tiempos de estudiante,
la edad de la pobre niñez
cuando usabas cajas de cartón como maletas.

No aceptes un caramelo de un extraño.

Pasajeros con destino al destino:
favor de abordar.